Para “El Rey del Ajo” Usabiaga, secretario de Agricultura, al que el pueblo abucheó el domingo pasado en la plaza de toros, para los Fox Brothers-El Cerrito, exportadores de bróculi y otras hortalizas, para Diego Fernández de Cevallos, senador de la República y dueño de extensos ranchos agrícolas altamente tecnificados en El Bajío, para los grandes jitomateros de Sinaloa, para los importantes exportadores de mangos o cítricos del sur (como fue Roberto Hernández), para las compañías transnacionales que explotan inicuamente a los cafeticultores de México, para los traficantes de transgénicos que están acabando con la agricultura mundial, no hay crisis. Claro que no, señor Fox. Al contrario todos estos “hombres del campo” han progresado, como bien dijo usted. Para ellos la crisis es una mentira. Ganan más que cualquier industria.
La globalización -y sus tratados como el TLC- está precisamente diseñada para eso, para que los ricos tengan el mayor de los éxitos y se hagan cada vez más trillonarios. Para que sus ganancias puedan pintar de color de rosa las cifras de la macroeconomía, las únicas que interesan a los infames gobernantes neoliberales.
Usted heredero de Zedillo, el presidente que más transformó la Constitución recién festejada para adaptarla a las órdenes del FMI y del Banco Mundial, es también gente de campo, como sus brothers, pero del rancho San Cristóbal, donde tampoco hay crisis.
Como tal, no tiene derecho a manifestar opiniones provocativas como las de la semana pasada. Su injusticia e insensibilidad política suscitan desesperación en la verdadera gente de campo, más allá, diría Marta Fox, de ideas partidistas.
Menos mal que el secretario de Gobernación, Santiago Creel, se apresuró a darles lo que pedían: una fecha para el diálogo, en tanto que usted declaraba la falsedad de la crisis que denunciaban esos miles de campesinos -o sus representantes- que ordenadamente pidieron auxilio para su miseria en la ciudad de México, el viernes 31 de enero. Por cierto, no se quejaron los capitalinos de la macromanifestación, quizás porque saben lo que es canela a diferencia del Presidente-viajero que de vez en cuando se baja de su avión, pero por lo visto no de su nube.
LOS CHICOS DE FORBES son otros que están hartos de oír hablar de una inexistente crisis, otra manera de ocultar, de negar, la lacerante pobreza de millones de mexicanos a la que el secretario de Hacienda de Salinas, Pedro Aspe, descalificó con su famosa expresión: “mito genial”. Y es que México es uno de los grandes productores de trillonarios. Tenemos el honor de contar con 12.
Y sólo nos ganan siete países del primer mundo: Estados Unidos, con 242 multimillonarios, Alemania con 29, Japón con 25, Suiza con 21, el UK con 17, Canadá con 14 y Hong Kong con 13. Según informaciones de la CIA, INEGI, la revista Forbes y Reforma, el diez por ciento de los mexicanos ricos se adjudica el 41.1 por ciento del consumo total. En cambio el diez por ciento de los más pobres sólo puede adquirir 1.6 por ciento.
Aunque Fox, al que tanto molesta que le inventen eso de la crisis del campo, dice que somos la novena o la treceava o la quinta economía del mundo, la neta es que entre los países equivalentes al nuestro, México es el que porcentualmente más pobres tiene: 40 por ciento de la población. Le sigue India con 25 por ciento, casi la mitad. República Dominicana también con 25 por ciento. Argelia, con 23 por ciento. Chile y Brasil con 22 por ciento. Costa Rica con 21 por ciento. Polonia con 18 por ciento. Irlanda con diez por ciento. Y Corea con cuatro por ciento.
El 40 por ciento de la población mexicana está en nivel de extrema pobreza, ergo en crisis y mucha de esa gente está en el campo. Así que por favor no nos exaspere con declaraciones como “no hay crisis”, señor Presidente. Es tal la virolez que... ¡Hasta da miedo escucharlo!
LAS RICAS AMIGAS, Marta Fox y Elba Esther Gordillo tampoco están en crisis. Un evaluador de modas, accesorios, joyas, etc., comenta que ha visto a cada una de estas señoras engalanadas con no menos 50 mil dólares, cuando les da por “vestirse de seda”, en ciertos shows públicos. Ambas dicen que son riquísimas de nacimiento, grandes herederas, pues. Por cierto que Elba Esther, la primera maestra de México, a la que la primera dama manifestó su respeto, cariño y protección, a punta de besos y de llamarla insistentemente amiga, hizo bien en dejar el Chanel en casa y de ponerse un vestido entre campesino y hippie, frente a los miles de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, con los que funge de líder “moral”. Son los que la “heredan “ aunque ésos sí están en crisis... pero calladitos.
Los puso a las órdenes de “Vamos México”, la asociación privada que dio al traste con el derecho de otros a la asistencia privada y más filantrópica, y que por su “privacidad”, como bien dice su presidenta Marta Sahagún de Fox, no tiene porqué mostrar sus estados de cuentas a la Cámara de Diputados aunque sí emplea recursos públicos y tráfico de influencias.
La alianza Sahagún-Gordillo, más allá de diferencias políticas o de credo religioso, para explicar a padres de familia y maestros cooptados que tienen que ocuparse de la educación mancomunada de sus hijos siguiendo la guía de “Vamos México”, tuvo visos de ilegalidad de diversos tipos. Por ejemplo, intenta justificar para una asociación privada, que no hace cuentas, la campaña del redondeo en los supers del país, que “para la educación” va a levantar grandes recursos.
La esposa del Presidente, parece retar a la justicia al manifestar públicamente su amistad a una persona “indiciada”, como es el caso de Elba Esther Gordillo, que se encuentra en este momento bajo investigación por las acusaciones de enriquecimiento ilícito y asesinato de maestros, presentadas por la CNTE, Coordinación Nacional de Trabajadores de la Educación. La cónyuge del Primer Mandatario es también presidenta de una asociación de extrema derecha llamada “La Luz de Fátima” que acecha para transformar en confesional a la educación pública de este país. ¿Cuál crisis?
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