En mayo fue cesado un inspector al solicitar dinero a un taxista
Con pruebas y argumentos, puedo decir que no cabe la posibilidad de corrupción en esta dirección por parte del personal de inspectores o administrativo, por la sencilla razón de los controles internos, además que aquí no manejamos dinero; eso corresponde a la Secretaría de Finanzas, indicó el subdirector de Transportes, Víctor Manuel Castañeda Alvarado.
La opinión del funcionario estatal se derivó de una encuesta publicada ayer por esta casa editorial, elaborada por Berumen y Asociados, referente a como evalúa la propia ciudadanía los niveles de corrupción que se presentan en los tres niveles de gobierno; en los todos los casos la calificación no fue mayor del 6.2 por ciento.
En lo relevante, el 12 por ciento contestó que, con la finalidad de agilizar algún trámite o servicio, dio alguna dádiva o gratificación a determinado empleado de alguna dependencia.
Con un 50 por ciento de los encuestados, la Dirección de Transportes del Estado ocupó el primer lugar en tales señalamientos; después con un 39.6 por ciento le siguió la Secretaría General de Gobierno; luego, la Dirección de Prevención con 4.2 por ciento, al igual que Finanzas del Estado y finalmente con el 2.1 restante la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.
A llegar a la pregunta de quién hizo el ofrecimiento para llegar a un arreglo, el 35 por ciento dijo que el servidor público; el 33.3 por ciento contestó que el entrevistado y los demás, el 31.3 por ciento, respondió que ambos.
Al respecto, el funcionario estatal argumentó que todos los trámites a realizar por los usuarios llevan como requisito indispensable la firma del titular de la dirección, Ramón Guzmán Benavente, o la de él, sobre todo en aquellos trámites donde se cobra, tales como cambio de vehículos, cesión de derechos, concesiones, permisos, entre otros, como una medida de seguridad, además del sello. Sin esto el trámite no se realiza.
Después del 1 de septiembre del 2001, cuando nos hacemos cargo, se renovó por completo el personal que aquí labora, se abrieron otras plazas y surgieron otros departamentos, además de los inspectores, 18 en total, quienes vigilan el desempeño de los transportistas en las calles.
Aquí, lo numeroso de inspectores permite que todos sean identificables en caso de que alguno de ellos exija gratificación alguna al infractor; tal fue el caso de uno que solicitó la famosa “mordida” y se logró sorprenderlo en flagrancia del delito. Inmediatamente fue cesado.
Comentó que tienen además el control de los propios líderes de sindicatos y agrupaciones, de tal forma que cualquier anomalía o señalamiento lo hacen saber; de ahí se deslinda responsabilidad en cualquiera de los casos tanto del chofer como del inspector, si es el caso.
Por este conducto, exhortó a los usuarios a denunciar cualquier anomalía de que fuesen objeto por parte del personal de la dirección, pues al existir elementos suficientes que lo avalen pueden proceder.