AP
WASHINGTON, EU.- La asesora en seguridad nacional del presidente George W. Bush exhortó ayer a las Naciones Unidas a enfrentar a Saddam Hussein, sin decir claramente si Estados Unidos está dispuesto a regresar al organismo internacional en busca de apoyo.
“El gobierno estadounidense apoyaría una nueva resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizando el uso de la fuerza contra Iraq, pero no cree que esta sea necesaria”, dijo Rice, negándose a predecir los resultados de la votación en favor de la misma dentro del consejo.
Afirmó la asesora que la necesidad de desarmar al presidente iraquí no ha disminuido a pesar de la creciente oposición en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas a un ataque militar.
“Continuar dando más tiempo y más tiempo y más tiempo sólo aliviará la presión sobre los iraquíes para que hagan lo que deben hacer”, dijo Rice en entrevista. “Es hora de que esto termine, ya basta. No podemos demorar más”.
Rice dijo también que el gobierno estaba considerando otra propuesta de resolución ante la ONU, pero no ha terminado su texto, al tiempo de indicar que a Saddam le quedan “semanas, no meses”.
El gobierno estudia todas las alterativas posibles luego de una embarazosa situación el viernes en el Consejo de Seguridad, donde el secretario de Estado Colin Powell enfrentó la oposición de varias naciones que demandan más tiempo para que los inspectores de armas de la ONU puedan llevar a cabo su labor en Iraq. Rice dijo ayer que tales retrasos “le facilitan las cosas a Saddam Hussein”.
“Es desafortunado que algunos (dentro del Consejo) le hayan dado la idea de que puede jugar su juego”, dijo ante las cámaras de la cadena norteamericana NBC.
La semana pasada, Estados Unidos y Gran Bretaña habían esperado conseguir la rápida aprobación de una resolución. Pero luego de los resultados de la sesión del viernes en el consejo, parece poco probable que Washington pueda contar con los votos a favor de cuando menos nueve de los 15 miembros del Consejo, necesarios para autorizar la guerra.
Como sea, Estados Unidos y Gran Bretaña dicen estar dispuestos a ir a la guerra sin la autorización de la ONU, aunque señalan que preferirían tenerla.