“El 2 de Octubre no se olvida”. ¿Quién no lo olvida en este país de olvidadizos? No lo olvida la generación de capitalinos (y algunos provincianos) que lo vivimos de cerca y que estábamos enterados del movimiento estudiantil nacional y mundial. No lo olvidan los protagonistas, los estudiantes y los parientes de las víctimas. No lo olvidan sus líderes y menos aquéllos para los cuales sirvió de trampolín político para formar posteriormente parte del gobierno represor. No lo olvidan los reporteros que presenciaron la Matanza de Tlatelolco, como Fausto Fernández Ponte quien publicó esta semana en Excélsior su dolorosa remembranza personal en la que revela la frustración de los reporteros porque el entonces director, Julio Scherer García, no se hizo eco de la justa indignación de los periodistas que le traían terribles noticias esa noche y sometió al periódico a la vergüenza de un titular que “no molestara demasiado al Presidente”.
No olvidan, todos esos que hubieran podido recibir una bala como la italiana Oriana Fallacci, que poco elegante (burlábase la prensa derechista del momento) la recibió en una nalga. No lo olvidan los escritores para los que es un tema eterno. LOS PARTIDOS no lo olvidan, porque lo aprovechan.
Aunque no lo vivieron ni lo conocen. A jóvenes gallos de los partidos les sirve para descalificarse los unos a los otros. Ejemplo: Un bilioso diputado Triana del PAN aprovechó el programa de Jorge Fernández Menéndez en canal 40, el pasado 3 de Octubre, para atacar no sólo a Cuauhtémoc Cárdenas que con un puesto en el PRI entonces, recibió en Michoacán a Díaz Ordaz, después de Tlatelolco, con palmas. Pero con lo que se pasó de listo “El Yunquito” y sólo se exhibió como ignorante fue con su “denuncia” de un desplegado del general Lázaro Cárdenas en el que apoyaba la acción de Tlatelolco de Díaz Ordaz, por haber puesto un “hasta aquí” a la interferencia de fuerzas extranjeras en el conflicto estudiantil.
El panista se guardó de decir, quizás por ignorancia, que habiendo sido originalmente la rebelión estudiantil un grito por la democracia, un desoído aviso al sistema, al son de “a río revuelto ganancia de pescadores”, las potencias, en plena Guerra Fría, intervinieron perversamente en todo hasta en la refriega. Detener a la CIA y a la KGB con una matanza de estudiantes mexicanos no era precisamente lo correcto, pero explica que un militar como el general Cárdenas, patriota y nacionalista a diferencia de los presidentes entreguistas que se usan por aquí desde MMH hasta Fox, cometiera ese error dentro del contexto de la época priista.
FALTA DE INFORMACIÓN sobre el 68 hubo durante 30 años por obvias razones de “tapaos los unos a los otros”. ¿Pero por qué hoy? Muchos se indignan de que durante el priismo el 2 de Octubre de 1968 no se tratara en las aulas a profundidad, pero según parece hoy todavía en este bondadoso régimen enemigo del PRI, pero solapador de un Aldana, por ejemplo, todavía se rechazó un libro de texto realista sobre Tlatelolco. De manera que urge, si no se ha de olvidar el 2 de Octubre, ilustrar a los niños y jóvenes sobre la historia verdadera y de paso a los diputados.
El foxismo está porque se abran los expedientes, bueno, sí lo sabíamos desde la campaña pero ¿qué esperan? Quizás se tardan porque si la apertura fuera inmediata, real y total, tendrían que tomar medidas de castigo contra los culpables y ya vimos que a Fox, presidente, no le ha gustado castigar a nadie. Todo son palabras. No se ha hecho realmente nada contra los conocidos culpables de la Matanza del 2 de Octubre, de la de Junio del 71, de la Guerra Sucia (en Guerrero sobre todo), etc.
El zar encargado de acabar con la impunidad se fue a la Cámara por falta de chamba. Pero si nada ha hecho este gobierno contra la actual aberración de las Muertas de Juárez, contra la masacre económica del Fobaproa, contra los batallones paramilitares de asesinos en Chiapas ¿qué esperamos?
Por eso la conmemoración del 2 de Octubre sólo sirve para inspirar un imbécil vandalismo de hordas que nada saben de aquellas manifestaciones inteligentes, valientes y pacíficas de los que en 1968 intentaron de corazón democratizar al sordo sistema. 1968, 1971 y ¿1976? A propósito del reciente aniversario hubo toda suerte de encuestas, opiniones, artículos y reportajes y el lanzamiento del libro “Tiempos de Saber” de Carlos Monsiváis, un gran escritor y Julio Scherer, creador de la revista “Proceso”. Y el hábil Julio, con algunos telecómplices, aprovechó también el momento para hacer pasar como colofón del conflicto estudiantil su salida de Excélsior y eso es una falsedad.
Al mencionar las sombrías fechas 1968, Matanza de Tlatelolco y del Día de Corpus de 1971, Represión de los Halcones, se agregó 1976. Y se dirá el lector ¿cuál otra matanza hubo ese año? Pues la del ego de Julio Scherer. Fue expulsado por la asamblea de Excélsior y el “Brutus” de este Julio, su reportero consentido Regino Díaz Redondo, se quedó en su puesto durante las siguientes décadas hecho un Creso. Salió Scherer acompañado por un grupo de intelectuales amigos, los mismos a los que Echeverría llevaba de viaje y dijo que el saliente presidente lo había echado por haber sido su gran crítico. Pero, vaya usted a la hemeroteca: el Excélsior de la época, muy buen periódico, no era sin embargo crítico de LEA. Salvo algunos artículos de crítica al sistema, nótese, de Daniel Cossío Villegas o de Gastón García Cantú, el Excélsior de Scherer apoyó siempre a Echeverría, hasta en su odio a la IP, al grado que le retiraron los empresarios al diario toda publicidad, lo que inició la protesta de los cooperativistas.
Julio Scherer sólo se hizo crítico de verdad (de su pariente López Portillo) en su excelente revista “Proceso”, hoy por desgracia en decadencia. Pero logró construir una buena “leyenda” alrededor del periódico “De la vida nacional” y. ... “de los cocolazos”. www.manú-dornbierer.com.mx