YOLANDA RÍOS RODRÍGUEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- Guillermo Anaya se defiende y manifestó que aunque su administración ha sido puesta bajo sospecha pública de manera irresponsable por el señalamiento de la regidora, Consuelo Rivas Gleasson, en contra de su hermano, Andrés Anaya, “yo no tengo nada que esconder ni protejo a nadie”.
Y expresó que su gobierno tampoco es incongruente porque por un lado “promueva la transparencia y el acceso de los ciudadanos a la información pública y por otro incurra en secrecías”, eso no es cierto y además hay voluntad de ser totalmente transparente.
En tono más bien resignado que molesto, expresó que está en el entendido de que en estos años de su gobierno “vamos a recibir críticas, algunas justificadas, otras injustas, pero estamos preparados y es bueno que la sociedad sepa que queremos ser ejemplo de transparencia”.
Anaya Lamas expresó que es una calumnia lo que afirmó la regidora, Consuelo Rivas, al señalar que en su calidad de Presidente Municipal beneficia a su hermano de manera indirecta y particularmente en el caso del bulevar Independencia aseguró que la constructora Ricasa le vende a De la Peña Cortés Ingenieros que hace la obra, de manera inducida o arreglada.
Luego acudió en defensa de su hermano del que le pareció injusto el señalamiento “de mala leche” de parte de Consuelo Rivas Gleasson, ya que expresó, “Andrés sólo es empleado de Ricasa, ni siquiera es dueño ni socio y tiene todo el derecho de trabajar en lo que quiera y buscarle la manera de progresar y avanzar de acuerdo al ejemplo de honestidad que nos dio mi padre, eso no es malo”.
Añadió que él es el único de sus diez hermanos que trabaja en la función pública y todos los demás han trabajado toda su vida dentro de la iniciativa privada, por lo que no le parece justo que “por tratar de mancharme a mí o perjudicarme a mí, manchen a toda mi familia”.
No se vale pues que Consuelo Rivas lance la piedra y esconda la mano, todo por cuestiones partidistas.
“Yo tengo la conciencia tranquila y las manos limpias”, aseguró.
Preferencias
Dentro de la industria de la construcción se rige la Ley de la Oferta y la Demanda y cada empresa está en libertad de vender o comprar servicios si el precio conviene, a quien sea su amigo o su proveedor preferido y en eso la presidencia municipal, ni Obras Públicas ni Desarrollo Urbano se puede meter.
Ayer, Eduardo Jiménez Saracho, titular de Desarrollo Urbano y quien también es constructor, “se curó en salud” y manifestó que “al rato a mí me van a acusar de que favorezco en mi calidad de funcionario público a mis primos de la empresa Jiménez Berumen, JIBE.
Eduardo Jiménez Saracho hace alrededor de un mes, fue cuestionado públicamente por la regidora, Consuelo Rivas Gleasson, integrante de la Comisión de Obras Públicas en una sesión de Cabildo, para que explicara por qué autorizó dos licencias de construcción para igual número de obras, pues según un listado aparecía como Director Responsable de Obras (DRO) con su número de clave y nombre.
Respecto al señalamiento que ahora Rivas Gleasson hizo contra el alcalde, Guillermo Anaya Llamas, al asegurar que beneficia de manera indirecta a su hermano, el constructor Andrés Anaya Llamas, expresó que este último tiene varios años dedicándose a esa actividad y sólo es empleado de la empresa Ricasa y lo único que hace es promover los servicios a bajos precios en los contratos que logra.
Expresó que Andrés Anaya ha trabajado y sobrevivido en el gremio, antes de que su hermano llegara a la presidencia municipal.