SALTILLO, Coah.- Decir que el sida es causado sólo por un virus no tiene sustento, por lo que seguramente hay un interés económico para hacer esto creíble, y no hay quien venda una droga que cure la enfermedad; de tal forma que probablemente quien esté infectado tendrá que tomar el tratamiento toda su vida, afirmó el premio Nóbel de química 1993, doctor Kary Mullis, quien fue galardonado por su descubrimiento de la reacción en cadena de la polimerasa.
El científico sostuvo ayer un diálogo con la prensa al ser invitado por la Universidad Autónoma de Coahuila, como parte de sus actos académicos para conmemorar el cuadragésimo sexto aniversario de su fundación.
Dijo que las personas que contraen el sida, que compran los medicamentos que están muy caros, obtienen muy poco beneficio de estas drogas, las que usualmente tienen efectos secundarios negativos.
Destacó que el sida es una enfermedad a la que se le ha dado mucha publicidad, y que sus causas no son tan significativas como otras enfermedades, como la tuberculosis y otros males que causan más muertes como la desnutrición en los países pobres.
“Realmente tiene mucho apoyo, hay mucha investigación científica y mucha gente involucrada, pero en el área equivocada. Creo que se podría trabajar en otras áreas más completas, buscando, quizá otros virus”, expresó.
Explicó que su descubrimiento es útil y no es caro, y que puede brindar información genética en forma muy rápida, lo que seguramente va a contribuir a combatir muchas enfermedades.
“El método en sí no es una terapia, nos da información sobre la causa de una enfermedad y cómo combatirla desde su origen, aun cuando no se llegue a manifestar”.
Respecto a la manipulación de la clonación y del genoma, dijo que se espera que se pueda trabajar en este sentido de manera ética, aunque “el genio ya salió de la botella” y no hay forma de detenerlo.
En cuanto a la manipulación genética en la agricultura, hizo notar que esto no es nada nuevo, porque desde hace nueve mil años, cuando menos, el hombre comenzó a transformar las semillas originales de los granos, como el trigo, del cual no hay mucha relación con el que conocemos hoy.
“Desde hace nueve mil años atrás hemos cambiado los genes de todos los alimentos que plantamos, en ese proceso a lo largo de los años de plantar, seleccionar, plantar, seleccionar, hemos cambiado los genes de las plantas, aun sin saber que lo hacíamos, por lo que hemos tenido alimento genético todo el tiempo”.