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CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II, de aspecto cansado, llegó ayer a la plaza de San Pedro del Vaticano para nombrar a 30 nuevos cardenales, en el noveno consistorio de su pontificado.
El Pontífice inició el rito de nombramiento hablando en latín con voz débil pero entendible. El cardenal secretario de estado, Angelo Sodano, fue el encargado de leer los nombres de los 30 cardenales que recibieron el capelo.
Varias decenas de miles de personas asistieron a la ceremonia, entre ellas delegaciones oficiales de los países a los que pertenecen los nuevo purpurado, entre ella España y Guatemala.
Entre los nuevos cardenales se encuentran dos españoles y tres iberoamericanos, entre ellos el mexicano Javier lozano Barragán.
El Papa Juan Pablo II no impuso el capelo cardenalicio a los 30 nuevos cardenales, sino que se lo entregó y ellos mismos se lo colocaron.
La imposición del capelo es uno de los gestos más importantes de la creación de cardenales. Para no fatigarle se decidió ese pequeño cambio del ritual.
Juan Pablo II les entregó, asimismo, el pergamino de creación como cardenales y la asignación del título de una Iglesia de Roma.
Con estos nombramientos se amplía el Colegio Cardenalicio con lo que suman ahora 195 los purpurados que podrían ocupar el trono de Pedro y que designarán al sucesor de Juan Pablo II.
"No sabemos si ocurrirá dentro de un mes o dentro de cinco años", dijo el arzobispo escocés Keith O’Brien, uno de los nuevos cardenales. "Pero ciertamente esa es la prioridad de los cardenales".
La empeorante salud del Papa, evidente durante las ceremonias de esta semana con ocasión de sus bodas de plata en el pontificado, agregó premura a este Consistorio, el noveno de su pontificado.
Mientras contemplaba los saludos que se dispensaban los nuevos cardenales, vestidos de rojo para significar su deseo de dar la vida por la Iglesia si fuera necesario, Juan Pablo se mostró visiblemente complacido e incluso en un determinado momento pareció limpiarse una emocionada lágrima. Podría ser el último Consistorio de Juan Pablo y casi seguramente de él saldrá su sucesor.
El Papa no leyó personalmente los nombres de los nuevos cardenales ni les colocó en la cabeza el capelo cardenalicio. Y por segunda vez en una ceremonia vaticana de importancia, no dijo una sola palabra en la homilía, oficiada por el arzobispo argentino Leonardo Sandri. En las pocas plegarias que pronunció, el pontífice tuvo dificultad con las palabras.
La ceremonia de ayer situó en 195 el número de cardenales que integran el Colegio Cardenalicio, aunque solamente 135 de ellos tienen menos de 80 años y por lo tanto pueden participar en el cónclave. De esos 135, Juan Pablo designó a todos menos a cinco.
De hecho, Colegio Cardenalicio es ahora tan amplio que los cardenales llevaban etiquetas con su nombre y el de sus diócesis durante sus encuentros de la semana pasada.
El Vaticano dijo que Juan Pablo designó en realidad 31 nuevos cardenales, aunque solamente 30 fueron anunciados públicamente y el otro lo mantiene "in péctore". Conforme al derecho canónico, ese cardenal no goza de ninguno de los derechos o deberes cardenalicios hasta que su identidad sea difundida. Si tiene menos de 80 años, no podrá votar en un cónclave a menos que Juan Pablo lo anuncie antes de morir.