MEJORAMIENTO PARA EL AGRO NACIONAL
Por Agustín Cabral Martell
La situación económica de los productores rurales ha decrecido desde 1982 en que se les fueron quitando apoyos al sector agropecuario. Después de la caída del Muro de Berlín y el Sistema Socialista en México, se pasó de una economía mixta (por un lado había medidas socialistas como el ejido colectivo, el control de los precios por el Estado, los precios de garantía y por otro lado; existía la propiedad privada, precios libres de algunos productores, etc.) hacia una economía libre o capitalismo salvaje.
Los productores agropecuarios cada vez más descapitalizados y empobrecidos, esperan aún en la actualidad los cambios que todavía no llegan. El ocho de enero del 2001, los productores se organizaron en un foro regional, nació el Comité Pro-Mejoramiento para el Agro Nacional; se llegó a la conclusión que deberían pedirle a los funcionarios federales que les ayudaran o el campo moriría muy pronto; pues detectaron que con la entrada del TLCAN estaban en una gran desventaja en varios aspectos, algunos de éstos son:
El kw/h (de la luz de los pozos) a 14 cts., ellos a 34 cts; los fertilizantes nitrogenados a $600 la tonelada y ellos a dos mil 800.
Estos tres insumos- diésel, energía eléctrica y fertilizantes- significan aproximadamente el 56% del total de costo por hectárea.
No existe ni el diez por ciento de equipos modernos de riego en comparación con Estados Unidos (por eso no se pueden cuidar bien los mantos freáticos, pues con los riegos tradicionales se desperdicia mucha agua, es decir con riego de aspersión se gasta el 30% del agua acostumbrada.
Casi no hay seguros agrícolas
Faltan invernaderos y viveros que produzcan plantas para forestar.
Faltan tractores y equipos. (Por cada dos tractores que se tienen, los norteamericanos tienen 100 tractores).
Se tiene apenas un 5% de transporte y caminos rurales en comparación con EE.UU.
Se usan pocos insecticidas y además cuestan el doble y se encuentran obsoletos y contaminantes.
Ellos producen en sus laboratorios organismos benéficos para el control de plagas y enfermedades con gran éxito desde hace más de 30 años y en México apenas se cuenta con unos cuantos laboratorios.
Nuestros socios protegen sus selvas y bosques. (Nosotros no tenemos estos apoyos). Nosotros perdemos más de un millón 300 mil hectáreas al año; por lo tanto, les llueve más y tienen mejores suelos, menos erosionados y más productivos, con mucha infraestructura para cosechar agua.
Hacen falta agroindustrias que produzcan aceites esenciales para perfumería y medicina, destiladoras de sotol, mezcla, etc., aprovechar mejor los productos hortícolas o frutícolas.
Si bien es cierto existe muy poca investigación agropecuaria, científica y comercial en México, se carece de planeación agrícola.
Faltan organizaciones económicas de productores que ayuden a producir y a comercializar los productos.
Sólo en promedio un 15% de los productores mexicanos tiene acceso al crédito (porque se carece de capacidad de pagos-ganancias y porque la mayoría están en cartera vencida).
Los créditos agropecuarios son tres veces más caros que los de nuestros socios comerciales.
Falta asesoría técnica y capacitación en técnicas modernas de producción de los productos.
La Balanza Comercial Agroalimentaria que en los 80´s era favorable, ahora es desfavorable casi el triple que en 1990, con un monto aproximado de cuatro millones 311 mil dólares USA, según cifras oficiales, pero si se incluye el contrabando de estos productos, estas cifras se duplican.
Por otra parte, las medidas de apoyo al campo promovidas por el Ejecutivo Federal han sido insuficientes y algunas preocupantes, por ejemplo:
La Ley de Capitalización del Procampo, para aplicarse, el productor rural deberá hacer un proyecto viable, pero la realidad es que no existen proyectos viables en la actualidad en las zonas de bombeo por los altos costos de los insumos y que impide competir con éxito en el mercado. Y lo que puede ocurrir es que los grandes inversionistas privados, empezarán a comprar terrenos agrícolas muy baratos y además equipados con riegos de aspersión, porque al no ser redituable, a los productores no les queda de otra que venderlos.
No se ha revisado en el TLCAN, aunque está autorizado el Senado de la Republica para hacerlo. Y el Gobierno Federal no ha cumplido con lo previsto en el Art. 704 del tratado en cita, que menciona que, el gobierno mexicano puede reducir los costos de producción y desgravar a inmediatamente o a mediano plazo los principales insumos que se utilizan en la producción agropecuaria.
En este año se liberaron muchos productos agropecuarios que no pagaron aranceles, alrededor del 80% y no existen medidas de acolchonamiento para los productores.
Estados Unidos aumentó su presupuesto para el Sector Agropecuario, a 180 mil millones de dólares USA, para el Sector Agropecuario. En Europa subsidian aún más a sus productores, que los mismos estadounidenses, por ejemplo, en Francia se da apoyo directo de 500 dólares USA por hectárea y en México se dan casi 100 dólares USA por hectárea (Procampo).
Toda esta desproporción da como resultado la falta de seriedad en la toma de decisiones para la producción agropecuaria nacional y que las normas que expide el Legislativo se realizan en base a una desordenada administración legislativa en donde no se tiene clara la ruta a seguir.