(El mes pasado cumplió ochenta años y los festejó lanzando en Lisboa otra novela, El Hombre Duplicado. La trama tiene sesgo policial y una acción de ritmo cinematográfico. Un repaso por una producción de originalidad y calidad raramente cuestionadas).
El escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998, precisó, al presentar oficialmente su última novela, O homen duplicado, (El Hombre Duplicado), que el libro que querría escribir, "ya está escrito".
Saramago, quien cumplió ochenta años el 16 de noviembre, aludió a El Quijote, de Miguel de Cervantes, y El Proceso, de Franz Kafka, como los libros que hubiese querido escribir, y estimó que "nunca sabemos cuál es el último libro de un autor, porque nunca sabemos cuándo es el último día". Pese a todo, en una intervención de tono filosófico, comentó que "me gustaría escribir un libro tan inquietante como nosotros mismos, los seres humanos".
La editorial lusa Caminho puso en circulación 50 mil ejemplares de esta nueva novela de Saramago, simultáneamente publicada en Brasil y en castellano en Argentina y Chile. La edición para México, que publicará Alfaguara, saldrá a la venta en enero, pues el 15 de ese mes será lanzada en Madrid con la presencia de Saramago. La traducción se debe a la propia esposa del escritor, la española Pilar del Río, que por su parte advirtió que "ha sido casi una traducción simultánea. “José acabó de escribirla a las cuatro de la tarde de un día, y a las ocho estaba ya lista la versión en español".
Para más de una lectura
Saramago reconoció que la lectura de esta nueva novela "no es fácil", pero añadió que "no me importa que no sea fácil, o mejor dicho que no sea fácil en la primera lectura, porque así invita a una segunda". Además, dijo que "es un libro casi policíaco, en el que alguien busca a alguien, aunque con consecuencias muy dramáticas". El admirado autor dijo que "sería fácil demostrar que el paisaje que nos rodea a Pilar y a mí en nuestra casa de Lanzarote tiene alguna influencia", pero ironizó que quienes atribuyen a ello "El ensayo sobre la ceguera", ignoran que "nació y comenzó a escribirse en Lisboa".
Al referirse a las reflexiones que le condujeron a escribir esta novela, Saramago comentó que "cuando alcanzamos el convencimiento de que hay otros, a quienes llamamos nuestros semejantes, es cuando descubrimos que existe una identidad entre nosotros, la identidad humana.
Al descubrir al otro -agregó- y llegar a la consecuencia de que efectivamente es otro, con tantas diferencias, el otro, por su simple existencia, amenaza a ese ser que llamamos yo, y así, de algún modo, ya es yo también", y es entonces cuando, como sucede en su obra, "empezamos a desear a eliminar al otro". O Homen Duplicado narra la historia de un individuo que en un video descubre la existencia de un ser idéntico a él, y emprende su búsqueda para tratar de eliminarlo.
Absurda nacionalidad
Saramago consideró que "mi actual proyecto literario no está en contradicción con el trabajo que hice anteriormente", y aseguró que "no sé si mis héroes son portugueses, ni me importa mucho, porque los portugueses tampoco son iguales entre sí". Además, puso en duda la existencia de lo que denominamos pueblo, puesto que, a su juicio, "existen tiempos, épocas, períodos, generaciones", y propuso reflexionar si la generación del 25 de abril de 1974 es el mismo pueblo que el del Portugal actual.
“Tenemos que llegar a la conclusión de que somos otros", dijo, y explicó que "yo traslado esa desesperación, esos sentimientos, al terreno de la metáfora y de la palabra".
Laarduaidentidad
Eterno pesimista y crítico de una sociedad cuyas desigualdades no se cansa de denunciar, José Saramago nació el 16 de noviembre de 1922 en el hogar de una familia humilde en el pueblo de Azinhaga, cerca de Lisboa, y se dedicó de lleno a la literatura cuando ya rondaba los cuarenta años.
Después de abandonar el colegio, trabajó primero como operario en un taller metalúrgico y después como dibujante técnico, funcionario público, empleado en una editorial y periodista. José de Sousa Saramago, tal su nombre completo, debe el apellido con el que firma todos sus libros a la casualidad, ya que su verdadero nombre debía ser simplemente José de Sousa: "Saramago" fue inexplicablemente agregado por el empleado del registro civil sin que nadie se lo pidiera. Fue gracias a esa anécdota que el escritor se ha planteado con tanta persistencia la relación de los nombres con la identidad individual, tal como lo expresa en su magnífica novela "Todos los Nombres", publicada en 1998.
A Saramago jamás le importaron las novelas cargadas de personajes y espacios: nunca acudió a la exuberancia de los batallones de protagonistas, ni le llamaron la atención las tramas imbricadas llenas de filigranas arábicas para confundir al lector. Por el contrario, desde su novela "Manual de Pintura y Caligrafía" (1977) empezó a mostrar su enorme capacidad creadora utilizando un lenguaje depurado y haciendo que sus personajes se mostraran como simples terrenales que sufren y aman en la cotidianidad de la vida.
A partir de esta modalidad, Saramago muestra cómo un tema tan trivial puede convertirse en algo extraordinario, pasando de lo elemental a lo valioso: con "Alzado del suelo" (....), por ejemplo, hace uso del protagonista simple, un hombre cualquiera, sin títulos nobiliarios, ni doctorados que mostrar. Centrada en la represión salazarista contra los campesinos y los sindicatos agrarios, la obra muestra la emergencia de un gran escritor y su constante compromiso con los oprimidos: se trata de una novela histórica, situada en el Alentejo entre 1910 y 1979, con un lenguaje campesino, una estructura sólida y documentada, y un estilo sarcástico que llamó la atención en su momento.
Unosamoresantiguos
En 1982 Saramago publicó "Memorial del Convento", una historia de amor alejada de convencionalismos que sucede en el Siglo XVIII, época de la Inquisición en Portugal, y que dio lugar a una obra de teatro y a una ópera. Su siguiente novela, "El Año de la Muerte de Ricardo Reis" (1984), también tuvo una excelente acogida: en este caso, la acción transcurre en los primeros años de la dictadura de Salazar y cuenta las andanzas de un hombre atormentado por la creencia de que es tan sólo un personaje de un poema del famoso poeta portugués Fernando Pessoa.
La producción de Saramago continúa con "La Balsa de Piedra" (1986), fábula en la que plantea sus dudas sobre la Unión Europea y propone una vinculación de la península Ibérica a su área natural de integración: África y América. Pero la ruptura llega recién en 1991 con la publicación de la novela más reveladora del premio Nobel portugués, "El Evangelio según Jesucristo", obra que lo empujó -después de haber sido relegado del premio de Novela Europea por el mismo gobierno portugués- a un exilio voluntario que aún hoy mantiene en España, más precisamente en la isla de Lanzarote.
El siguiente eslabón literario es "Ensayo Sobre la Ceguera" (1996), un escrito en forma de parábola en el que Saramago se vale de una epidemia de dimensiones bíblicas para poner al descubierto el horror del hombre convertido en animal, los difusos límites entre la honradez y la delincuencia cuando el hambre y el miedo son protagonistas.
"Todos los Nombres" (1998), la historia de Don José -un gris empleado del registro civil que un buen día se obsesiona con el legajo de una mujer madura y comienza una búsqueda liberadora-, sirve al autor para desarrollar su teoría de encontrarse a sí mismo a través de la búsqueda del otro y para construir una de las historias de amor más originales de todos los tiempos.
Por último, La Caverna (2000) es una actualización del mito de Platón en la que un "shopping" hace las veces de caverna y la idea de las imágenes tomadas como realidad se adaptan sin esfuerzo al presente.
Laescriturafonética
Saramago practica lo que se llama una escritura fonética, un estilo que descubrió mientras escribía Alzado del Suelo, cuando no sabía cómo reflejar el lenguaje de los campesinos y como en una revelación, promediando la página veintitantos de la obra, comenzó a escribir saltando por encima de muchas reglas sintácticas, dejando de lado las normas de puntuación y los guiones de diálogos.
La comprensión de su obra pasa necesariamente por tres aspectos esenciales: su particular interpretación de la historia, su interés por el tema del poder y su búsqueda de respuestas -a través de la literatura- al problema existencial, que el escritor reduce a la eterna pregunta del hombre: quiénes somos.
"A nosotros nos enseñan la historia desde el pasado hacia el futuro. Un niño va a la escuela y aprende la historia de esa manera. Empiezan por la formación de su país hasta llegar al día de hoy, que no llega nunca. Es decir, lo que se aprende de historia en la escuela no llega nunca al día en que estamos. Se queda ahí", sostuvo en una entrevista. "A la historia debemos enseñarla al revés. Empezar por el día de hoy e ir andando hacia atrás. Y andando hacia atrás podría entenderse mejor por qué el día de hoy es lo que es, y no otra cosa", explicó en esa oportunidad.