Si alguna cosa es preocupante en estos momentos críticos, es la escasez progresiva del agua regional, porque en ello se juega el destino este polo de desarrollo de importancia nacional. El agua es considerada de seguridad regional y la información en general ha sido veraz con bases científico-históricas y sin alarmismo alguno; la realidad es su agotamiento, por una mayor extracción de aproximadamente 1,200 millones de metros cúbicos anuales y una pobre recarga de sólo 300 millones al año, lo que explica el abatimiento de las reservas subterráneas. No llueve, los ríos en estiaje de más de once años, mientras las presas sólo contienen un 16 por ciento de su capacidad. Lo triste del asunto es que las autoridades de todos los niveles y especializadas, son negligentes en dar a conocer cuál es el volumen que queda en el acuífero y en nada se ve alguna intención de prever un ecodesastre o conservar el elemento, acorde a un nuevo reglamento para su uso y por supuesto, medidas de solución al caso.
La ciudadanía por su parte, conserva una postura de silencio, cosa que es preocupante y pudiera ser, por ignorar la realidad o por falta de credibilidad a causa de que todavía se abre la llave, obteniéndose agua. ¿Por cuánto tiempo? Será la pregunta obligada; ahora, que desvirtuar una realidad con un optimismo sin fundamento es de lesa humanidad, al conocerse que las reservas se agotan día con día. Hay que decir la verdad, el agua se encuentra en riesgo, incluso de perder su calidad de potable en la profundidad del acuífero.
Es ilógico y grave el juego que se está haciendo con el soslayo y el estatismo de algunos sectores productivos, a quienes les conviene continuar en esa postura, para sacar hasta la última gota de agua del subsuelo y convertir a la región en un páramo con familias sedientas. Con esta visión, es el momento de hacer una reflexión de la situación real y dejar a un lado la aplicación de la fórmula tradicional de hace 50 años por lo menos, que nos ha llevado a la escasez que se padece y ahonda y entender que existe conciencia de que el desarrollo sustentable regional (no sostenido) depende fundamentalmente de las reservas de agua, ante un prolongado período de sequía y que por razones elementales, el recurso es primero para el sostén de la vida.
La lucha comunitaria en defensa del agua regional y la vida, a la fecha, parece no haber despertado conciencia alguna, amagada quizá por el miedo de conocer la verdad y saber cuál es el destino de las familias y el reclamo como un derecho natural del agua que pertenece a los niños. Mientras las autoridades duermen el sueño de los justos en el limbo, parece que no les importa que se llegue a una crisis socioeconómica y son a ellos a quienes les corresponde aclarar las cosas.
A últimas fechas, las autoridades e instituciones gubernamentales han vuelto su mirada hacia la sociedad, en virtud de que se ven impotentes en resolver algunos problemas y buscan el apoyo en las sociedades organizadas como desde hace tiempo debiera ser. Tomar en cuenta el consenso ciudadano es saludable y así en forma bilateral, buscar soluciones que de otra manera, sería difícil. Es bueno recordar que la asociación civil y organismo no gubernamental Laguneros por el agua, ha elaborado una propuesta y proyecto, para la investigación de las reservas de agua que quedan en el acuífero principal, con la técnica de los Sondeos Electromagnéticos, que ofrecen como tecnología de punta, mayor seguridad en los datos. La Comisión Nacional del Agua, por oficio, reconoce y hace saber a todos, que los Sondeos Electromagnéticos son estudios importantes y complementarios, para conocer la realidad acuífera. Se llevan practicados sólo seis de los 35 que se harán para conocer el agua y la morfología del acuífero principal y se espera el apoyo económico de los sectores productivos comarcanos, para completar los estudios y saber pronto los resultados.
Los laguneros estamos convencidos de que La Laguna o zona conurbada, que comprende diez municipios del estado de Durango y cinco de Coahuila, es un centro productivo ejemplar a nivel nacional, situado en el corazón del Altiplano septentrional de México. Nos sentimos orgullosos de la cuenca lechera con la más alta productividad y magnífica calidad, única en América Latina, de la conversión industrial que está ocurriendo en la región, del comercio establecido, de las universidades e institutos de alta calidad académica, con reconocimientos nacionales e internacionales, gracias a la identidad de sus hombres, orgullosos también de su origen, historia y cultura, dentro de un ecosistema del semidesierto con sus dos ríos, el Nazas y el Aguanaval, que dentro de la misma hidrología, hacen de la Comarca Lagunera, la Mesopotamia de América, con una responsabilidad ineludible llena de sentido humano, de salvar nuestra tierra al saber que nos quedamos sin agua y nadie se preocupa.