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Noticias que no venden/Diálogo

Yamil Darwich

Existe un viejo refrán en el medio del periodismo que dice: “Si un perro muerde a un hombre no es noticia, pero si un hombre muerde a un perro sí es noticia”, se refiere a la búsqueda de la nota diferente, esa que pueda mantener interesados a los lectores para continuar leyendo el medio escrito o viendo el canal de televisión, o escuchando la estación de radio.

Ese principio ha sido deformado hasta llegar a la noticia “amarillista”, término utilizado para referirse a aquella que despierta el morbo, el temor o la simple curiosidad maliciosa de las personas, esa que ha llegado a ser el alimento principal de algunos medios de la prensa escrita, hablada o televisada, que en base a mentiras, exageraciones, violación del derecho a la privacidad, calumnias y hasta infamias, venden y alcanzan coberturas impresionantes.

Así lo positivo, bueno, constructivo, no es de interés para esos medios de comunicación no éticos y poco profesionales que demeritan las buenas noticias y subrayan las malas, a las que les agregan comentarios y anotaciones con las que las exageran, haciéndolas “aún más interesantes”.

Veamos algunos ejemplos:

En relación al clero, que a últimas fechas ha vendido muchas revistas, periódicos, programas de radio y televisión por los desvaríos de sus líderes, se han difundido más las noticias de los sacerdotes paidofílicos y deshonestos, que los hechos alcanzados por Juan Pablo II, los que lo hacen ser uno de los papas de más éxito, con sus nada despreciables 25 años de trabajo; aún más, tiene mayor cobertura su posible sucesión con la turbulencia de “la grilla Vaticana” y poco se dice de sus alcances por medio de una ardua labor, de los que sólo le cito dos: su participación para facilitar la caída del Muro de Berlín y el comunismo para beneficio de la democracia como sistema político del mundo y sus esfuerzos por tener acercamiento con líderes de otras religiones, incluyendo los de otras iglesias y sectas cristianas.

De la biografía y beatificación (gran reconocimiento de los católicos) de Teresa de Calcuta casi nada se escribe, sólo sobre el evento religioso; en cambio las noticias por los dimes y diretes de cardenales mexicanos contra políticos de otros sexenios, que olvidan aquello de “predicar con el ejemplo”, ocupan horas de tiempo de televisión y radio.

De los asesinatos de los sacerdotes de La Laguna, notas rojas que de vez en vez vuelven a aparecer, insisten en manejar “refritos periodísticos”; de los aniversarios de religiosos que dan muestras de profesionalismo y apostolado, como el sacerdote José Félix García y sus diez primeros años de impecable servicio no se dice nada, sólo por citar un caso.

Mucho se habla de los graves errores del primer mandatario de la nación, de sus desventuradas y mal coordinadas declaraciones que lo rivalizan con sus propios colaboradores y hasta de las excentricidades de su esposa, con todo y sus sombreritos modelados ante la prensa internacional durante su viaje a Japón o su interés en figurar en la política nacional; en contraste, poco se insiste en su esfuerzo por promover la democracia participativa, teniendo en su contra los setenta años de mala tradición de la actuación política de los administradores públicos, o de su marcado respeto a la división y ejercicio de los poderes de la nación, aún con la pérdida del peso específico del poder presidencial, cuya simple voluntad, en otros tiempos, era casi sinónimo de omnipotencia en todo el territorio nacional. Tampoco se subraya su permanente lucha, con el apoyo del Ejército Mexicano, contra el narcotráfico, que ha provocado la caída de capos y millones de pesos en decomisos de drogas de todo tipo.

Las instituciones son blanco frecuente de las malas noticias; así se enumeran los errores y fallas en los procesos judiciales y administrativos contra los ladrones y defraudadores de cuello blanco que finalmente quedan libres por sospechosas equivocaciones y graves deficiencias en el conocimiento técnico del derecho, con la subsecuente mala aplicación de las leyes y la justicia, lo que permiten que queden en libertad delincuentes de la banca, políticos ladrones y tramposos, o defraudadores de empresas nacionales como Pemex, que andan libres y amparados contra actos de ley en su contra. En contraste, casi nunca escuchamos del cambio lento pero continuo de los burócratas (aún pocos, pero cada día en aumento) que se esfuerzan por hacer mejor su trabajo y dar un buen servicio ante la oportunidad recibida con el cambio de administración, intentando a toda costa hacer valer su esfuerzo, con ánimos de mantenerse con un empleo.

Poco sabemos de los verdaderos deportistas; de su esfuerzo diario por ganarse un lugar y un pequeño presupuesto para continuar adelante con sus entrenamientos, salvo el caso de la campeona Ana Guevara que por intereses especiales recibe promoción permanente. En cambio estamos sobreinformados de los dimes y diretes de defraudadores administrativos del deporte nacional, sus malas andanzas y espectáculos bochornosos, o sobre los tramposos que se dopan.

Otro de los refranes populares dice que: “cada quién tiene lo que se merece” que para el caso sería: cada quién recibe la calidad de información que se merece y desgraciadamente nosotros hacemos poco por frenar a las malas publicaciones, de las que también tenemos algunas muestras en la Comarca Lagunera.

Lo invito a que hagamos el pequeño esfuerzo de vencer la morbosa curiosidad por las notas amarillistas y pedir que nos mantengan al tanto de las valiosas, con la veracidad y esfuerzo que también algunos medios informativos regionales acostumbran.

Le pido que reflexionemos sobre el tema; que lo tratemos con amigos y familiares; que tomemos conciencia del mal que nosotros mismos nos hacemos cuando consumimos productos de los medios de información que no cuidan el justo valor informativo.

Le aseguro que soy enemigo de “los cebollazos” y las autoalabanzas, pero hay casos como el periódico que ahora está leyendo que no permite malas palabras en sus páginas y cuida, hasta donde es humanamente posible, las erratas y la desinformación de sus lectores, aún cuando no llame la atención maliciosa; ¿o recuerda Usted una de ellas escrita en los últimos tiempos?

Le escribo esto con la intención de que analice y se dé cuenta de que hay muchas maneras de llegar a ser los de “mayor venta”, pero una sola para hacer las cosas correctamente. ¿qué le parece este tema para dialogar con los amigos y en casa? ydarwich@ual.mx

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