Capítulo Interestatal Coahuila-Durango de la Asociación Psiquiátrica Mexicana
(Cuarta parte)
Así fue entonces como se pudieron retomar las actividades académicas una vez más, con esta nueva estructura con la que contamos como grupo y capítulo de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM). Superando o haciendo a un lado los múltiples obstáculos que se han mencionado, y especialmente el financiero, puesto que como asociación no contamos con tales recursos, se organizó el reciente curso sobre “Salud Mental y Calidad de Vida” los pasados días 15 y 16 de agosto. Producto del esfuerzo arduo y constante del Dr. Fernando Sánchez Nájera, coordinador de este capítulo, quien en esta ocasión formó un compacto equipo de trabajo con su esposa y sus hijas, para casi en su mayoría encargarse de la organización del evento, apoyado también por los demás miembros. Así fue posible entonces conseguir la ayuda económica de algunas de las compañías farmacéuticas, tales como Wyeth, Psicofarma, Bristol, Glaxo, Organon, Novartis y Armstrong, unas en forma más desenvuelta y generosa, y otras un poco más limitadas. Gracias a esa ayuda se pagaron los viáticos de los invitados foráneos, así como una parte de los otros gastos, aunque no en su totalidad definitivamente.
Desgraciadamente y a pesar de que formamos parte como capítulo de la APM, no se tuvo en esta ocasión el apoyo de parte del comité central en el D.F., pues aparentemente no se ha acostumbrado ayudar a sus agremiados en ese renglón en cursos como éstos, ni tampoco en el apoyo hacia las empresas farmacéuticas. No obstante, el Dr. Sánchez logró obtener los medios para que varios miembros del comité ejecutivo de la APM pudieran venir a nuestra región para estar presentes en el evento, e inclusive, participar con alguna ponencia en el programa científico.
Este evento lagunero fue planeado para funcionar como un curso previo al Congreso de la APM, que se llevará a cabo en la ciudad de Monterrey del 12 al 15 de septiembre próximo. A su vez, nuestro evento fue precedido por un curso-taller de Neuropsicofarmacología que se celebró una semana antes, el sábado 9 de agosto. Participamos en este taller varios de los miembros locales del capítulo, junto a un grupo de estudiantes de la Escuela de Psicología de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED). Durante la sesión matutina, se le dedicó tiempo a la neurofisiología de las funciones emocionales y mentales superiores, con la participación de los asistentes mediante diversos tipos de dinámicas grupales.
Por la tarde, se presentaron los principales tipos de psicofármacos que se utilizan con más frecuencia en la actualidad. Se describieron sus características químicas principales, sus efectos primarios y secundarios, la forma, así como las indicaciones y contraindicaciones de su uso y el tipo de padecimientos psiquiátricos en los que funcionan mejor, tanto en niños, adolescentes o adultos. Fue así como el Dr. Fernando Sánchez presentó primero una visión general de los mismos; para que a continuación el Dr. Adalberto Mena describiera en forma detallada los medicamentos que conocemos bajo el rubro de hipnóticos, ansiolíticos y antidepresivos que se utilizan en gran cantidad. Posteriormente la Dra. Josefina Piña habló sobre el uso de los antipsicóticos , tanto de los que se han utilizado anteriormente, como los que han surgido en forma más reciente en el mercado. Quien esto escribe se encargó de dar una visión general del uso de diversas sustancias que los seres humanos hemos utilizado históricamente para estimularnos y lo seguimos haciendo, como son el café, el tabaco, la coca, el té, el mate, etc. y los estimulantes, como medicamentos usados en cierto tipo de trastornos como es el llamado por déficit de la atención con o sin hiperactividad. Finalmente, la Dra. Oralia Tapia, colega y miembro del capítulo que trabaja en la ciudad de Durango actualmente, disertó sobre aspectos generales de las demencias en la tercera edad y presentó datos interesantes sobre una encuesta que se está realizando en aquella ciudad, para detectar la incidencia de este padecimiento, así como de los fármacos que se están usando en el presente para combatirlo. Este taller contó con un buen número de médicos, psicólogos y otros profesionistas interesados en el tema, que participaron de un modo muy activo. Gracias a estos resultados, se ha pensado en la posibilidad de repetir este taller en el futuro cercano, dedicado a un público semejante.
Se trata definitivamente de temas de gran actualidad e importancia, ya que cada día surgen nuevos psicofármacos en el mercado nacional. Su uso se ha generalizado en gran manera, puesto que los agentes de las compañías farmacéuticas los promocionan entre todos los médicos, no sólo con los psiquiatras. El resultado es que un gran número de los médicos generales y de otras especialidades los receten, pero desgraciadamente sin que en muchas ocasiones conozcan a fondo la patología psiquiátrica del paciente, ni los efectos totales de los psicofármacos. En estos casos, tienden a basarse casi siempre en las hojas de publicidad que publican las empresas farmacéuticas, que no siempre tienen la información completa y requieren de una mayor asesoría.
Para los psicólogos también es de suma importancia el tener esta información, que les ayude a familiarizarse con los psicofármacos y que sirva además para perderles el miedo o dejar de verlos como “drogas” adictivas y perjudiciales. A pesar de que ellos no tienen el entrenamiento o la práctica en el uso de fármacos, ni tampoco legalmente los pueden recetar, el tener dicha información les podrá ayudar sin duda alguna a buscar un tratamiento más completo para sus pacientes. En el presente, en muchos casos el programa terapéutico se llega a compartir con psiquiatras o con otros médicos, ante la necesidad de asociar los diversos tipos de psicoterapias a los psicofármacos, con resultados superiores.
La difusión entonces de estos conocimientos desde la perspectiva especializada del médico psiquiatra, que tiene el entrenamiento específico para manejarlos, debería ser aún más amplia y frecuente para llenar los huecos y modificar los mitos que existen al respecto, tanto en la teoría como en la práctica. De esta manera, se podría aprovechar mejor el uso de los psicofármacos, para hacerlo más apropiado y efectivo, tomando en cuenta que se trata de medicamentos delicados y caros, que desgraciadamente se tienden a desperdiciar en muchas ocasiones al faltar los conocimientos adecuados. (Continuará).