Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Nuestra Salud Mental / Puentes a cruzar en San Francisco

Dr. Víctor Albores García

Capítulo Interestatal Coahuila-Durango de la Asociación Psiquiátrica Mexicana

(Décima parte)

La posibilidad de que se dé educación sexual en las escuelas laicas o religiosas, privadas o públicas en nuestra época, tanto a niveles elementales, como de las secundarias o las preparatorias es definitivamente una ganancia de nuestros días y tiene que ver con esa mayor apertura y libertad para el conocimiento. Igualmente en las escuelas profesionales del tipo de Medicina, Enfermedad, Psicología o ciencias afines, existen cursos avanzados de sexología como parte del currículo normal de los estudiantes, preparándolos para tener mejores conocimientos sobre el área en su trabajo con seres humanos. Se trata de nuevos conocimientos en el orden científico, que han venido a sustituir las creencias personales de los profesionistas, adquiridas como resultado de sus propias experiencias, de sus criterios morales o su educación religiosa, así como de lo que habían heredado tradicionalmente. Ello ha sido el resultado de ese rompimiento y esa rebeldía hacia las ataduras y los mitos del pasado, demasiado impositivo, cerrados y autoritarios que no habían permitido que llegara la luz de los nuevos conocimientos a cuestionar e iluminar esos rincones oscuros que se habían mantenido así por tradición y fe durante tantísimos siglos.

Por otro lado, esta apertura y permisividad también ha traído como resultado el que los jóvenes desde edades más tempranas prueben con las relaciones sexuales, como una parte muy importante de su desarrollo físico y emocional, y de su experimentación dentro de las relaciones interpersonales. El cine, la televisión, la prensa, las revistas y los medios de comunicación en general, se han encargado de apoyar y promover las relaciones sexuales en forma abierta o encubierta, real o distorsionada, lo que se presenta como una invitación y un estímulo para facilitarlas. Como resultado y a pesar de esos cursos y esa supuesta educación sexual en las escuelas, nos encontramos contradictoriamente con un mayor número de embarazos prematuros en adolescentes inmaduros todavía en su formación, inexpertos, influenciables, con pocos controles sobre sus impulsos y que ni siquiera tienen idea de quiénes son ellos mismos. Muchachas y muchachos que se ven en esa forma obligados a enfrentar la maternidad y la paternidad, en una etapa en la que aún no han desarrollado tales capacidades y requieren todavía de la maternidad y la paternidad de sus propios padres. Hembras y machos biológicamente bien formados en la mayoría de los casos, carecen sin embargo de las habilidades y maduración psicológica, que todavía no les permite atender adecuadamente las necesidades de sus hijos, ni estar aptos para tomar tales responsabilidades.

La apertura y experimentación dentro de las relaciones sexuales, como parte de la educación e información que se haya recibido desde temprana edad en nuestra época, también ha facilitado el que tales relaciones se modifiquen en las parejas de generaciones más jóvenes, pero aún en las mayores. Se podría decir que ello ha permitido una comunicación más sana, honesta y abierta en los matrimonios modernos, con una mentalidad que ha ido creciendo con otros conceptos más adecuados de su sexualidad, como aspectos normales de ser humanos, y estar más pendientes y conscientes de sus capacidades, sin tantos escondrijos ni rincones oscuros y retorcidos. Esto ha permitido además, que ellos puedan marcar una línea divisoria importantísima entre dos aspectos básicos de su vida. Por un lado, conocer y aceptar su sexualidad como esencia de sí mismos, de su identidad y de sus relaciones interpersonales, como algo con lo que pueden jugar o disfrutar, y que también forman parte de su capacidad de compartir, intimar y amar, básico para el ser humano. Pero por el otro lado, diferenciar a la vez en un capítulo aparte, su capacidad de procrear a partir precisamente de esas relaciones sexuales, para iniciarse en el proceso de ser madres o ser padres.

Esta línea divisoria más característica y presente en nuestra época, se encontraba demasiado difusa en el pasado, cuando en un solo paquete se mezclaban las relaciones sexuales, el amor, la intimidad y el tener hijos. Tener hijos inclusive, era una experiencia que ni siquiera era considerada como una decisión a la cual se tenía derecho, sino que se veía como una obligación y una responsabilidad para todos aquéllos que se unían, se casaban o simplemente que tenían relaciones sexuales. Tener hijos era un precepto que se daba por hecho como parte de nuestra biología y de nuestra capacidad de procreación, aun en ocasiones sin importar el número, las condiciones o la calidad de vida que se les podía dar, lo mismo en los aspectos de las necesidades económicas, nutricionales, físicas, psicológicas y otras. Tener hijos estaba asentado como un deber, aún en tantísimas parejas que quizás nunca estuvieron capacitadas para tenerlos, pero aún así siguieron adelante con el precepto.

En el presente, los adultos jóvenes más maduros, más pensantes y más conscientes de sus propias situaciones personales y de las condiciones de vida actuales, tienen ante sí la disyuntiva y la libertad de decidir ya no sólo si se quieren casar, sino además la de si desean o no tener hijos. En el mundo actual, la experiencia de tener hijos ya no necesariamente se encuentra ligada en forma automática y consecuente a la experiencia de disfrutar una relación sexual o de lograr un orgasmo. Ambas experiencias han sido separadas y han tomado por lo mismo caminos diferentes, según los individuos de que se trate, el tipo de parejas y de relaciones que se esté tomando en cuenta y de acuerdo a sus propias necesidades, por medio de decisiones bastante conscientes en la mayoría de las ocasiones. (Continuará).

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 61352

elsiglo.mx