(Cuarta parte)
Trastorno histriónico de la personalidad
Desde el punto de vista psicopatológico, este trastorno se desarrolla alrededor de las teorías de la Histeria (hister-útero) y del Trast. histriónico (histrión-actor). En la actualidad lo consideramos como un trastorno de la personalidad, puesto que la histeria se clasifica como una enfermedad de ansiedad, la cual se subdivide en trastorno conversivo y disociativo.
El trastorno histriónico es mucho más frecuente en las mujeres aunque también se da en hombres. Al igual que otros trastornos de la personalidad, se manifiestan en edades desde adolescencia o adultos jóvenes.
Entre sus causas y aspectos psicodinámicos, se trata de una enfermedad asociada con rasgos de extroversión, expresividad y búsqueda de atención. Generalmente se origina por la falla en la relación madre-hija (o) que es insuficiente y/o desaprobatoria, y debido a esta falla de maternaje vuelve sus ojos en busca del padre y su afecto, a quien lo brinda en función de actitudes dramáticas y emocionales.
En lo que a las características clínicas se refiere, la manifestación esencial del Trast. Histriónico es la expresividad exagerada, tanto en la conducta, como en la apariencia y las demostraciones emocionales para lograr la atención de los demás. La paciente por lo general es muy dramática y extrovertida, de apariencia superficial y fingida, parece estar siempre seduciendo y tiende a erotizar las conductas, actitudes y motivos de las demás personas. No se sienten cómodas en situaciones en las cuales no son el centro de atención, utilizan permanentemente su aspecto físico, lenguaje corporal, dramatización, teatralidad, etc., para llamar la atención (a nivel inconsciente). Suelen ser fácilmente sugestionables e influenciables, así como de considerar a sus relaciones interpersonales “más” íntimas de lo que son en realidad.
El tratamiento esencial es psicoterapia individual o grupal.
Trastorno narcisista de la personalidad
Después de que otros autores adoptaron el término “narcisismo” Freud lo adopta posteriormente para describir una actitud de autoabsorción amorosa. Posteriormente, y hasta la actualidad lo conceptualizamos como sentimientos de grandiosidad excesiva y de amor dirigido hacia uno mismo que generalmente se desarrollan como respuesta a una autoestima dañada. Psicodinámicamente se ha explicado como la forma en que el niño (es más frecuente en el varón) no se expone a la realidad desilusionante.
Las características clínicas de esta enfermedad son: primordialmente la autoimportancia exagerada (grandiosidad) que consiste en una sobrevaloración de sí mismo y de sus logros y una necesidad de admiración por los demás. Tienen una visión jerárquica; a los considerados superiores los idealizan o envidian y a los inferiores los desprecian y les manifiestan actitudes desdeñosas o arrogantes. No toleran malas críticas, rechazos o que no se les tome en cuenta. Sus relaciones interpersonales son superficiales puesto que se consideran autosuficientes y ser dependientes es un signo de debilidad.
El tratamiento es psicoterapéutico y los psicofármacos solamente son útiles con problemas adicionales (depresión, ansiedad, etc.).
Trastorno dependiente de la personalidad
Esta enfermedad, aún no bien comprendida en cuanto a su causa psicodinámica tiene, como manifestaciones clínicas primordiales el de tener una necesidad general y excesiva de que se ocupen de ellos, lo que provoca un comportamiento sumiso y temor a la separación del sujeto al cual dependen. Les es sumamente difícil tomar decisiones cotidianas, requieren que otro asuma responsabilidades y se les dificulta expresar desacuerdos e iniciar proyectos. Generalmente se siente desamparado cuando está solo, y, si termina una relación interpersonal, busca otra con urgencia y/o la misma que le proporcione la seguridad que requiere.