Capítulo Interestatal Coahuila-Durango de la Asociación Psiquiátrica Mexicana
(Vigésima primera parte)
Etiquetas: La sal y pimienta de la vida
También existen otro tipo de secuelas no menos complicadas y serias, que podemos observar a corto, mediano y largo plazo en estos bebés que nacen con malformaciones, trastornos o enfermedades importantes. Se trata de las reacciones de ansiedad que pueden presentar, y que en algunos casos se convierten en verdaderos trastornos de ansiedad, tal como sucede en los casos de trastorno de ansiedad de separación, ansiedad generalizada, diversos tipos de fobias, incluyendo la fobia social que suele iniciarse en la adolescencia, las crisis de pánico, el trastorno obsesivo compulsivo o el de estrés postraumático, que pueden aparecer durante la infancia, la adolescencia o la edad adulta.
Estos individuos al crecer y conforme pasan los años, pueden convertirse en sujetos sumamente nerviosos, tensos, con preocupaciones y miedos muy importantes, que pueden desarrollarse en todas direcciones. Aunque dependiendo del ambiente familiar y las circunstancias de su vida, las reacciones de ansiedad pueden ser temporales y pasajeras, de corta duración y sin mayores consecuencias, también tienden a convertirse en trastornos más específicos como se ha mencionado. Al aparecer en diferentes etapas del desarrollo, a raíz de detonadores diversos sea internos, es decir dentro del mismo individuo, o externos como parte de su ambiente en el que reside, se convierten en crisis secundarias a estos detonadores, cuyos efectos se suman al efecto que se ha mantenido desde su problema inicial. De acuerdo a todas estas circunstancias y factores, dichas reacciones de ansiedad temporales, pueden prolongarse y convertirse a la larga en cualquiera de los trastornos de ansiedad mencionados, con mayores complicaciones y limitaciones para el sujeto y su familia.
Por ejemplo, es común que un niño o una niña con alguna malformación, trastorno o enfermedad desde su nacimiento o inicio de la infancia, tienda a ser sobreprotegido por sus padres o principalmente por su madre. El tipo de vínculo que se desarrollará entre ambos, será de mucha dependencia y ambivalencia, con características importantes de inseguridad en el proceso de crecimiento del sujeto. Tal dependencia e inseguridad en la relación traerá como consecuencia dificultades para que logre su autonomía la criatura con ciertos obstáculos en su desarrollo emocional, lo que además en muchos casos puede traer un trastorno de ansiedad de separación. En dicho trastorno, el niño o la niña no permite que su madre se aleje de él o de ella, ni puede permanecer solo o sola; ya que en el momento que esto sucede, la criatura cae en crisis de pánico con llanto y desesperación al no sentir que su madre se encuentra ahí cerca. Cuando el niño o la niña están más grandes, esta ansiedad de separación se manifiesta además de la reacción mencionada, con terribles fantasías de que será abandonado (a), de que su madre nunca regresará, o que tendrá algún accidente muy serio o alguna enfermedad que le impedirá volverla a ver. Con mucha frecuencia observamos este tipo de trastorno en niños o niñas pequeños, pero también en etapas posteriores, con reacciones en ocasiones sumamente intensas y dolorosas, que obstaculizan el que puedan permanecer solos o en casa de otros familiares que no sea su madre o la persona con la que han desarrollado tal dependencia. Desgraciadamente, este trastorno suele ser considerado por muchos adultos como simples caprichos de una criatura, que pasarán con los años, sin tomar en cuenta la seriedad del mismo.
Las fobias suelen ser otro tipo de trastornos de ansiedad que se desarrollan a más largo plazo en estos niños y niñas, por lo que los encontramos a edades más tardías. Se puede tratar de fobias a diversos tipos de animales, insectos, a la oscuridad, a la escuela, al agua, a las alturas, a los espacios cerrados como closets o elevadores, a las multitudes y los espacios abiertos, a los aviones o los autos y tantos otros factores. La fobia social que se encuentra cada vez con mayor frecuencia, sobre todo en los prepúberes y adolescentes, se refiere a esas reacciones de timidez extrema que suelen presentar, debido a la cual evitan sitios en donde puedan ser observados o expuestos, así como situaciones y experiencias de tipo público, en las que sentirán estar a la mira de los demás, lo que les produce tal reacción de ansiedad, que aparece en forma de temblores, taquicardia, falta de aire, sudoración de las manos, tartamudez, mareo, náusea, etc., como sucede al hablar en público, que es una de las más comunes. Las fobias son trastornos que también suelen pasar desapercibidos y no se les dan importancia, ya que tienden a considerarse como miedos naturales y temporales, que pasarán con la edad, lo cual puede ser cierto en ocasiones, pero en otras permanecen ahí como un trastorno más fijo y serio, que puede llegar a ser incapacitante en algunos. (Continuará).