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Nuestra Salud Mental

Dr. Víctor Albores García

Capítulo Interestatal Coahuila-Durango de la Asociación Psiquiátrica Mexicana

(Trigésima primera parte)

Etiquetas: La sal y pimienta de la vida

Dentro de sus maniobras para atraer la atención, usan su propia apariencia y vestimenta, al presentarse en forma exagerada y llamativa, ya que a ello le dedican mucho tiempo, dinero y energía para la preparación. Tal apariencia unida a sus conductas los convierte en sujetos sumamente provocativos y seductores, a veces inclusive sexualmente pero en forma inapropiada, puesto que sus pases no sólo van dirigidos a individuos en quienes tienen un interés romántico o sexual, sino que los usan en muchos otros contextos sea en relaciones sociales, profesionales u ocupacionales, en donde resultan completamente inadecuados y fuera de contexto. La expresión de sus emociones que tiende a ser muy dramática y hasta intensa, suele ser sin embargo superficial y artificial, además de que cambia rápidamente de estados de ánimo, que lo hacen ver como una persona sumamente voluble y veleidosa.

Igualmente sucede con su estilo de pensamiento y de lenguaje lo que acontece con sus estados de ánimo, que cambian constantemente, pero que también suena hueco y vacío, o vago y difuso, sin esa capacidad de análisis, reflexión y profundidad, a pesar de que utiliza juegos de palabras muy rimbombantes, dramáticas e impactantes, que tienden a ser planeadas y ensayadas para impresionar a los demás. En el fondo, estos individuos tienden a ser vacíos y superficiales, como poseedores de un gran hueco dentro de ellos mismos, como si todavía no se hubieran encontrado respecto a su propia identidad.

Aparentan asimismo estar siempre arriba de un escenario, presentando actuaciones muy teatrales, complejas y dramáticas, sumamente exageradas, pero que aparecen y desaparecen una y otra vez con gran rapidez, que tampoco demuestran mucha profundidad en su sentir. Son además altamente sugestionables, de manera que sus opiniones y sentimientos son muy fácilmente influidos por el continuo cambiar de modas o por las opiniones de los demás, especialmente de aquéllos a quienes toman como modelos o figuras de autoridad. En dicha sugestionabilidad se mezclan características de tipo mágico e intuitivo premonitorio que ellos mismos dicen poseer.

Estos sujetos tienen a su vez dificultades en sus relaciones amorosas y sexuales para lograr una verdadera intimidad, ya que con mucha facilidad toman prestados roles que imitan, sin llegar a ser ellos mismos, puesto que su identidad es tan difusa. Además, pueden llegar a ser tan demandantes de atención, dependientes y manipuladores a través de su capacidad de seducción, que llegan momentos en que hastían a su pareja y por lo mismo, llegan a perder esa atención. Con frecuencia buscan la excitación y lo novedoso de los estímulos, puesto que se aburren fácilmente con las rutinas, lo que los hace estar siempre a la búsqueda de nuevos estímulos en un círculo que puede no terminarse nunca. Esta característica los hace poco constantes en la persecución y logro de sus metas y proyectos, además de que se llegan a frustrar con mucha facilidad cuando la gratificación no llega en el momento o la forma esperada, o cuando se retarda demasiado.

Como se puede vislumbrar en estos dos últimos estilos de trastorno de personalidad, del narcisista o del histérico, a pesar de que ambos buscan la notoriedad, la admiración y ser el centro de atención de sus propios escenarios, a través de un alto sentido de grandiosidad, la realidad es que en el fondo su autoestima también se encuentra en un nivel muy bajo y de muchas carencias. Es por ello, que utilizan estos mecanismos de defensa psicológicos que se han mencionado para ambos casos, como una forma de compensación y en busca de mejorarla.

En ese sentido, se podría pensar que todos estos trastornos de personalidad que hasta este momento se han mencionado en la columna, sean los primeros cuatro (paranoide, de evitación, esquizoide y dependiente) que se habían descrito anteriormente o estos dos últimos (narcisista e histérico) coinciden en un común denominador a pesar de encontrarse en los dos extremos de una línea, sea de esconderse por un lado o de buscar la atención y la notoriedad por el otro. Ese común denominador está relacionado con una autoimagen pobre y distorsionada y con una baja autoestima. Se podría especular entonces, que de alguna forma en estos casos de malformaciones congénitas o enfermedades serias y crónicas tempranas de la infancia, así como en diversos trastornos de esa etapa, estas mismas se convierten en los precursores y factores de riesgo para la salud mental de tales individuos, sea en trastornos de personalidad como los que se han mencionado u otro tipo de padecimientos. (Continuará).

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