Parte del obligado combate al alcoholismo, es la estricta aplicación de las disposiciones legales que tienen que ver con la expedición de permisos, los sitios en que se expenden las bebidas embriagantes y los horarios relativos a esas ventas, pues hace más de quince años que entraron en operación las primeras medidas municipales que, con cierto rigor, vinieron a dar respuesta a una de las añejas demandas ciudadanas.
Desde entonces y hasta la fecha, los intentos contrarios al sentir ciudadano con los que se ha pretendido que esas medidas se atemperen a favor de los productores y expendedores de bebidas embriagantes, han sido rechazados tajantemente por la ciudadanía, que al mismo tiempo, exige endurecer y extremar el combate a las ventas clandestinas, en las que siempre han jugado un papel determinante los productores de esas bebidas, pues son ellos los que solapan esas ventas.
Mencionamos lo anterior en razón de la información que dio a conocer El Siglo de Torreón, el día de ayer, en la que se hace público que la anterior administración municipal, entregó en forma irregular ciento cuarenta licencias para la venta de alcohol, aunque no resulta claro si con las mismas se incrementan las ya existentes o si son reposiciones o cambios de domicilios, no obstante lo cual el asunto demanda un pronto esclarecimiento y deslinde de responsabilidades.
Si tomamos en cuenta que a lo largo de más de diez años han existido en el municipio de Torreón alrededor de mil doscientos permisos, es posible estimar que ciento cuarenta más de ellos son una cantidad importante que no debe permitirse. Y si los mismos, como se afirma, fueron otorgados en forma irregular, pues bastará con que el actual ayuntamiento los anule, porque de no hacerlo así, se convertiría en cómplice de un atraco a la ciudadanía.