En primera plana de la edición de El Siglo de Torreón de anteayer, aparece una fotografía tomada a las puertas de la Presidencia Municipal de Torreón en la cual se advierte que unos manifestantes intentan introducir un caballo al edificio. En la misma foto, aparecen dos policías uniformados impidiendo la acción y junto a ellos, el señor Fernando Martínez Casas, mejor conocido en los ambientes policíacos por el alias de “El Nando”.
A principios de la presente administración, dicha persona fue designada Jefe de Operaciones de la Dirección de Seguridad Pública Municipal y separada del cargo, mientras se realizaba un investigación por señalamientos que lo relacionaron con el narcomenudeo en la ciudad. Nuestros lectores más observadores suponen que la aparición en la foto, implica que el susodicho ha sido reincorporado e interpelan al respecto.
La autoridad debe contestar a las interrogantes que el caso plantea y determinar si la investigación se hizo, quién la hizo, cuál fue su desarrollo y cuáles sus resultados. Además del mal precedente indicado existe otro; ese mismo elemento fue consignado al Ministerio Público Federal hace dos años, cuando esgrimió un arma de fuego en un proceso electoral en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Tanto el alcalde Guillermo Anaya como el director de Seguridad Pública Javier Gutiérrez Pesquera, deben ofrecer una explicación sobre el particular. La ciudadanía en este caso y en todos los que se involucre el interés público, tiene derecho a conocer el desenlace de los problemas que se plantean y la justificación que haya llevado a resolverlos y darlos por concluidos en un sentido o en otro.