¿Vale la pena discutir por lo que no puede cambiarse?. Desde luego que no. Porque ante hechos o actos consumados e irreversibles lo más sano es aceptarlos y ver hacia delante, en vez de invertir tiempo y esfuerzo en un asunto que no puede ya ser modificado, pues siendo como lo es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación un órgano jurisdiccional de última instancia, sus resoluciones no admiten recurso alguno.
En ese sentido, una vez que distintos miembros de la iniciativa privada de Torreón fijaron sus posturas en lo que se refiere a la resolución mediante la cual el TEPJF anuló la elección para diputado federal en el sexto distrito, no es correcto que esas posiciones se recrudezcan a tal grado que lleguen a afectar la unidad en ese gremio y de alguna manera lleguen a afectar la vida de la comunidad.
Porque al margen de las consideraciones personales o gremiales y de quién tenga realmente la razón, están los hechos que dígase lo que se diga permanecerán inmutables; de manera que si la confrontación continúa y se ahonda, lo único que se logrará es crear un divisionismo entre un sector al que la Comarca necesita unificado con la finalidad de superar problemas comunitarios, como es el desempleo, y ello no se podrá lograr si priva entre ellos la desunión.
Hay muchas cosas que unen a los empresarios y que deben ser los motivos por los cuales pueden luchar juntos. Porque la ciudadanía demanda la unidad de todos sus sectores con el fin de estar en posibilidad de exigir a las distintas instancias gubernamentales respuestas efectivas a las demandas más sentidas de la población; por lo que no es bueno que se confronten en temas que serán resueltos en su momento por los partidos políticos y el voto de la ciudadanía y por nadie más.