La declaración de la Presidenta de Gómez Palacio Leticia Herrera, en el sentido de que “entre el gobierno y el pueblo no deben existir organismos intermedios”, resulta preocupante. La expresión fue empleada por la Alcaldesa en relación al desaire de que fueron objeto dirigentes del Consejo Lagunero de Iniciativa Privada a principios de mes, por parte del gobernador de Durango Ángel Sergio Guerrero Mier.
En otra parte una entrevista con el reportero de El Siglo de Torreón, la funcionaria manifiesta desconocer el Plan Laguna Visión 2020, lo que junto a su actitud ante los empresarios, revela una visión abstracta e inconcreta de lo que es el pueblo de carne y hueso. A continuación Doña Leticia menosprecia la mencionada visión de largo plazo, porque según ella, “nos regimos por un Plan de Desarrollo Municipal que concluye el 31 de agosto de 2004”.
Las declaraciones muestran una forma de ejercer el poder que no tiene consideración por las estructuras naturales de la sociedad, de acuerdo a la vocación específica de cada sector. La vida democrática se basa en el respeto a la participación de los ciudadanos en organismos no gubernamentales, lo que permite construir las relaciones entre pueblo y autoridades sobre los principios rectores del bien común: solidaridad y subsidiariedad.
Preocupa también el desprecio por los planes de desarrollo de largo plazo, como el que promueve el CLIP con una visión a veinte años, que busca superar las cortedad de los proyectos reducidos a los períodos de gobierno. Las autoridades de Durango y de Gómez Palacio en específico, deben atender sus relaciones con los empresarios y todos los sectores de la región, como condición indispensable de la armonía social y el desarrollo.