Hay muchos temas en los que los legisladores federales no se ponen de acuerdo por la gran diversidad de intereses que existen en ambas cámaras. El mejor y más cercano ejemplo es el referente a la Reforma Fiscal que una vez más quedó en una simple Miscelánea y las cuestiones de fondo quedaron para un mejor momento que difícilmente llegará. Aún más, el Ejecutivo verá reducido su presupuesto en términos reales.
Sin embargo, en lo que sí existe una abrumadora mayoría de legisladores que coinciden, es en el tema de endurecer los requisitos para la creación de nuevos partidos políticos, porque conforme a las reformas que se aprobaron a la legislación electoral federal los requisitos que deben cumplirse se elevaron al doble, de manera que, por ejemplo, una agrupación política nacional que se quiera constituir en partido, deberá celebrar, cuando menos en veinte estados o en doscientos distritos, asambleas certificadas por el IFE.
No está equivocado el planteamiento, pues una corriente importante de ciudadanos estima que hay en el país demasiados partidos políticos y entre los existentes hay algunos que se manejan como si fueran negocios familiares, de manera que sus dirigentes disponen de los recursos que se les asignan pagándose elevados sueldos y colocan en la nómina de esos partidos a familiares y amigos, lo que constituye un verdadero fraude a las instituciones políticas.
Hay entonces una abrumadora mayoría de legisladores que quieren cerrar las puertas para que no se constituyan más partidos. Pero lo que sería verdaderamente importante es que reformaran la ley para que pudieran darse las candidaturas independientes, pues hay ciudadanos deseosos de participar en política, pero sin tener que adherirse a ningún partido y eso no lo permiten los dirigentes partidistas porque entonces se percatarían del gran rechazo que existe de la ciudadanía hacia ellos; lo cual con el sistema actual no se evidencia.