Dos de las virtudes que debería poseer todo gobernante, son: la prudencia y la tolerancia. Porque la primera le indicaría que no siempre es posible decir lo que se piensa y siente, sin que ello implique caer en la hipocresía, sino simplemente estar consciente del valor del silencio y del de la oportunidad para decir las cosas. A su vez, la tolerancia entraña el respeto y la valoración de lo que otros piensan, así como, a sus creencias.
El presidente Vicente Fox está dando cada vez mayores muestras de imprudencia y de intolerancia, prueba de ello son las declaraciones hechas el viernes pasado en las que textualmente dijo: “Todos aquellos que quieren ver caer a la pareja presidencial, a todos aquellos que están esperando ver cuándo se tropieza, van a beber una sopa de su propio chocolate...”, lo que revela a la vez una imprudencia y falta de tolerancia frente a las críticas que puede recibir por su actuación y la de su esposa.
En primer lugar, es pertinente el puntualizar que nadie, en su sano juicio, quiere ver “caer” a la “pareja presidencial”, sino que lo único que se pretende es que ambos, el Presidente y la llamada “primera dama”, se comporten dentro de los límites que el cargo del primero le impone, sin demeritar su investidura haciendo y diciendo cosas que no van con la misma o criticando a los medios de comunicación, porque a su juicio, “sólo ven las cosas malas...”.
En segundo lugar, la labor fundamental de los medios de comunicación es señalar las cosas que, de acuerdo a su criterio, están mal o aquellas que pueden generar problemas para el país y no lanzar loas, que por lo visto es lo que quisiera el Presidente. Pero además, si la señora Marta Sahagún no quiere exponerse a las críticas, pues que se constriña a su papel de esposa y seguramente se pondrá a cubierto de cualquier señalamiento. Pero si ambos se extralimitan, ¿por qué se extrañan de que algunos medios informativos lo hagan también?