La falta de medidores de agua en Ciudad Lerdo, Durango, constituye un grave problema que impide planear la operación del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de la ciudad jardín. De acuerdo a la información, el setenta y cinco por ciento de los usuarios del sistema que se calculan en catorce mil quinientas tomas domiciliarias, carecen de aparatos de medición para determinar el volumen de consumo.
Lo anterior implica una grave omisión que en el corto plazo generará desabasto, ya que una es el agua que existe en la naturaleza y otra la que es objeto de conducción hasta los hogares. Para esta última operación, se requiere infraestructura costosa que suele ser pagada por quienes sí cuentan con un medidor y por ende, pagan en proporción a su consumo más lo que corresponda según las políticas de subsidio.
Aun en el caso de que llegara a justificarse el subsidio del líquido elemento para uso doméstico en casos de extrema pobreza, en ningún supuesto se justifica la falta de medidor puesto que el impacto social y económico de esta clase de apoyo, también debe ser objeto de cálculo. La falta de medidores es causa de un desorden y falta de control que a la vez es fuente de graves abusos, en nombre de la justicia social.
Lo anterior es un vicio que no es exclusivo de Lerdo sino general en nuestras ciudades comarcanas, en las que tomas subsidiadas sirven a fines distintos a los domésticos. Estos casos indican que es necesaria la medición para efectos de control y determinación del costo real del abasto del agua a domicilio y por ende, de la administración de los subsidios que de acuerdo a una política responsable se lleguen a decretar.