Desde el arribo de Arnold Schwarzenegger a la gubernatura del estado de California, en la Unión Americana, resultó claro que éste intentaría retirar los beneficios de que gozan actualmente los mexicanos y en generan los latinos que en busca del “sueño americano” emigraron a aquel país, aún y cuando en ello les pudiera ir la propia vida, por cruzar las líneas fronterizas de manera ilegal.
Es por ello que no resulta extraño el hecho de que este personaje que llega al cargo merced a su popularidad en películas de ciencia-ficción, intente ahora hacer lo que ofreció en campaña, aunque con ello afecte a millones de indocumentados que residen en ese estado fronterizo y para quienes la mayoría de los norteamericanos no han tenido consideración alguna al combatirlos y buscar que sean excluidos de cualquier beneficio social, aún de aquellos que se otorgan por humanidad, como son los relativos a la salud y la educación.
En ese orden de ideas, es plausible que los gobernadores mexicanos, reunidos en la Conago, hagan publico compromiso de interceder ante el Gobernador californiano a fin de que se respeten las conquistas civiles de que gozan nuestros nacionales residentes en el citado estado. Porque por sí solos quienes se encuentran en esa situación difícilmente pueden hacer frente a los norteamericanos que evidencian su xenofobia al través de acciones como la comentada.
La intervención de los gobernadores mexicanos debe ser respaldada en forma irrestricta por el Gobierno de Vicente Fox, pues la Cancillería de nuestro país se ha visto tibia en la defensa de los derechos fundamentales de los mexicanos que residen allá. Además, esa labor de respaldo a los inmigrantes debe extenderse a los demás estados fronterizos, pues ninguna razón justifica que se les dé a aquellos un trato indigno e inhumano en una nación que se precia ante el mundo de ser ferviente defensora de la Libertad y los Derechos Humanos.