Ayer comentamos en este mismo espacio, la necesidad de que el Gobierno Federal aclarara si en efecto se estaba destinando agua de la presa “La Amistad”, de Acuña, Coahuila, para pagar la deuda que nuestro país tiene con los Estados Unidos, pues el Ejecutivo de esta entidad ha sostenido que no es así en virtud de que su administración ningún convenio ha suscrito para tal efecto.
Hoy, toca abordar el mismo tema del agua, pero en razón de lo que está sucediendo en el Valle de Cuatro Ciénegas, por las perforaciones que se han llevado al cabo en el lugar conocido como “El Hundido”, las que, al decir de los lugareños, han afectado las pozas localizadas en el Valle mencionado, así como la zona de la región en que se ubica el Valle de “Las Calaveras”, la que se secó por la misma causa.
El Valle de Cuatro Ciénegas es una reserva ecológica que fue declarada zona protegida desde 1994, por lo que esa protección alcanza también a los ríos subterráneos de los cuales se nutren las pozas en él localizadas, salvo que se demostrara que las extracciones en “El Hundido” nada tienen qué ver con la alimentación a éstas. Pero eso resulta difícil si se toma en cuenta que el nivel del agua en éstas ha bajado de 800 a 600 litros por segundo, lo que no sucedió sino hasta que se iniciaron las perforaciones.
Ante tal situación, las protestas de los lugareños se han intensificado, no obstante lo cual la Comisión Nacional del Agua no ha dado una respuesta satisfactoria, lo que probablemente genere muchas más inconformidades ciudadanas, las que están justificadas si se toma en cuenta que no se puede siquiera correr el riesgo de que continúen afectándose las pozas por la negligencia o tardanza de dicha Comisión en esclarecer el caso y, de ser procedente, detener la sobreexplotación de los mantos acuíferos de aquella región.