El debate suscitado en torno a la explotación del acuífero en el Valle del Hundido en el desierto del Estado de Coahuila, constituye una oportunidad para fortalecer nuestra vida pública. El tema ocupa un primer nivel de atención en la entidad, a raíz de que en fecha reciente se han abierto nuevos alumbramientos de agua que según los ecologistas amenazan al medio ambiente y sobre todo a las Pozas del Valle de Cuatrociénegas.
Entre los puntos en controversia, destaca el relativo a que exista interconexión entre los mantos acuíferos de ambos valles y respecto al volumen que pueda ser extraído, en función de la capacidad de recarga. A la discusión concurren autoridades de todos los niveles de gobierno, grupos ecologistas y productores, así como empresas asesoras en el área técnica que aportan sus propios peritajes a solicitud de las partes.
De los dictámenes mencionados, se ha dado a conocer el de la empresa Lesser y Asociados que determina que no existe interconexión entre los mantos y por tanto, la explotación agrícola no afecta. El dictamen ha sido impugnado por algunos en el sentido de que “no convence”, lo que obliga a considerar alternativas periciales que analicen la situación y en su momento confronten los resultados existentes, a fin de que sean confirmados o desechados.
Para este propósito se ha señalado al Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México y al Instituto Mexicano de Tecnología del agua, entidades científicas solventes. Sin embargo, es previsible que los resultados de los estudios no satisfagan al cien por ciento de quienes intervienen, pues en éste y en muchos casos, las partes suelen comparecer a la mesa del diálogo con una idea fija y sin ánimo de reconsideración.