La declaración sobre la investigación del homicidio del niño Carlos Valdez Muñoz hecha a principios de esta semana, obliga a la Procuraduría de Justicia de Coahuila a ofrecer una versión oficial al respecto. El menor fue victimado en enero de mil novecientos noventa y nueve; el crimen permanece impune después de cuatro años y la labor de las autoridades ha sido severamente cuestionada.
La declaración que es objeto de comentario fue hecha a los medios de comunicación por un agente de la Policía Ministerial, que si bien tiene grado de jefatura y ahora se ostenta como encargado de la investigación, no parece ser el conducto idóneo como vocero de la dependencia. Lo anterior dada la importancia y gravedad del caso y la forma errática, especulativa e inconsistente de la declaración.
De acuerdo al dicho del vocero oficioso, la Procuraduría sigue una nueva línea de investigación que apunta a que el móvil del homicidio se relaciona con pornografía infantil. El vocero afirma que se encuentran involucradas personas conocidas y adineradas de la región e interrumpe el relato diciendo que en los próximos días se tendrán y darán a conocer más resultados.
La declaración no ha sido desmentida ni sustentada de manera oficial hasta el momento, por lo que resulta tan irresponsable como aquella otra hecha por el procurador Óscar Calderón Sánchez, sobre la hipótesis de que el menor se estranguló él mismo por accidente y que sus amigos de juegos fueron a tirar el cadáver al sitio en que fue encontrado. Esta forma de procurar justicia e informar a la comunidad, constituye una enorme falta de respeto.