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Nuestro entorno/La tratadora fue un mal trato

Alan Acoyani

Hasta el momento no se sabe si fue una trampa lo que se le dejó al presidente municipal de Lerdo, Luis Fernando González Achem por parte de la administración panista que le entregó los bártulos, en lo que se refiere al proyecto de la planta tratadora de aguas residuales, pero el hecho es que la obra ha sido la más publicitada, la más politizada y la más tardada de toda la Comarca Lagunera.

Y se menciona que no se sabe si fue una trampa que le pusieron a González Achem para hacerlo quedar mal ante los electores que lo llevaron a ocupar la silla principal del Palacio Municipal en la “Tierra de Chepo”, porque desde el inicio de su gestión, el alcalde se quejó de todos los pasivos que recibió y que le dejaron “embroncado” al municipio como él mismo mencionó en alguna ocasión.

Entre esos pasivos problemáticos, siempre ha situado al compromiso de pagar una suma millonaria al ISSSTE en mensualidades que merman el de por sí raquítico presupuesto de la Ciudad Jardín.

También se quejó de que le dejaron el hospital municipal en pésimas condiciones y con deudas arrastrando hasta más no poder, además de que nunca se le dio el mantenimiento adecuado a muchos servicios públicos, entre ellos en drenaje y como consecuencia de ello, se le llegaron a “caer” importantes colectores que dejaron con aguas negras a cielo abierto a varias colonias de la periferia, pero en fin, puede que el Alcalde tenga razón y puede que no, pero lo que nos ocupa en esta ocasión es el tema de la planta tratadora de Lerdo Durango y los mil y un pretextos que se han utilizado para que no se lleve a cabo la obra que en estos momentos está exigiendo en base a la ley, la Comisión Nacional del Agua y esperando la ciudadanía para su beneficio.

El caso es que llegó a poder de El Siglo de Torreón una copia del contrato de concesión que firmaron las autoridades municipales de Lerdo con los representantes legales de la empresa Odis Asversa que ganó el concurso para la construcción de la obra.

De acuerdo al documento, el mencionado contrato se firmó el 13 de febrero de 2001, como resultado de un concurso restringido fechado el 22 de marzo del año 2000 y dos días después de esa fecha, se asignó el contrato a Odis Asversa, S.A. de C.V. y el día 27 del mismo mes se ratificó la concesión por parte del Cabildo de Lerdo.

Se protocolizó la concesión, se demostraron la legalidad de las personalidades de las empresas participantes en el convenio, en este caso el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Lerdo y la empresa ganadora.

Sería largo enumerar las cláusulas que componen el convenio y tedioso además, pero lo que sí debe quedar claro es que hay algunos de los puntos que contiene el mencionado documento que algunas personas consideran verdaderas trampas en contra del Ayuntamiento de Lerdo y de acuerdo a comentarios que se han vertido, es por ello que no se ha llevado a cabo la construcción de la mencionada planta y posiblemente ni se lleve a cabo en mucho tiempo.

Como ejemplo de lo anterior, se puede mencionar el punto 11.3 que se refiere al “PAGO ADELANTADO” Y QUE TEXTUALMENTE DICE: “Una vez que entre en vigencia el presente instrumento, la empresa concesionaria pagará al municipio o a la autoridad competente para recibir dichos pagos, la cantidad de tres y medio millones de pesos, correspondientes al flujo estimado anual de 5.8 millones de metros cúbicos de agua residual que cumpla con los parámetros de calidad establecidos en el presente contrato y sus anexos y que la planta, una vez iniciada la operación de la misma efectivamente reciba del municipio o de Sapal.

El caso es que la mencionada cantidad se entregó mediante un cheque sin fondos a la administración del ex alcalde Gerardo Katsicas Ramos y nadie ha explicado en detalle el movimiento ni se ha procedido conforme a la cláusula 24 del mencionado contrato en donde se mencionan los motivos de rescisión de contrato y que en el inciso “A” contempla que el Municipio podrá rescindir contrato en caso de “Falta de pago de la contraprestación económica por más de tres meses contados a partir del último pago y existiendo un entrega y recepción de aguas residuales.

En este punto, también es importante señalar que se puede dar la rescisión de contrato por causas imputables al municipio, según reza el punto 24:II y en donde se menciona que el contrato puede quedar cancelado cuando el municipio no conceda o interrumpa sin causa justificada el uso temporal y gratuito de los terrenos para la realización del proyecto de los derechos para usos de vías públicas y servidumbres de paso en los términos de este instrumentos.

En este punto cabe comentar que el Municipio, según el documento debió pactar con los campesinos la cesión de los terrenos y dejar a salvo a la empresa concesionaria de todos los compromisos inherentes a esos predios, con la finalidad de no arrastrar problemas que pudieran tener como posesión, explotación o uso y hasta el momento el municipio no ha podido llegar a un acuerdo con los ejidatarios dueños de esos predios porque ellos exigen reposición de predios y el respeto a sus derechos de aguas residuales o en su defecto la dotación de dos norias que no se les han entregado.

En la redacción del contrato de concesión, queda claro que al Municipio le faltó mucha asesoría, ya que la mayor parte de los puntos que lo componen están a favor de la concesionaria y para ello baste leer una parte en donde se deja en claro que: “Los efectos del contrato iniciarán una vez celebrado el presente título de concesión. Sin embargo, todas las obligaciones a su cargo de la empresa concesionaria, empresa concesionaria y su subsidiaria serán exigibles por parte del Municipio una vez que se cumplan las siguientes condiciones:

A).- La firma del presente instrumento por las partes.

B).- La entrega formal y material de los terrenos e inmuebles a cargo del Municipio y Sapal, así como la obtención legal de las servidumbres de paso que sean necesarias por parte del Municipio y o Sapal.

El caso es que el Municipio nunca ha podido obtener esa servidumbre.

En caso de controversia, queda establecido que se deberán avenir las partes de común acuerdo y en caso de no lograrlo, irán al centro de Arbitraje de México, para que se nombren tres árbitros que resuelvan.

El contrato está extenso, los puntos que contiene son bastantes y algunos de ellos complicados, pero en términos generales se observa que los concesionarios sí contaron con asesoría legal adecuada, mientras que el Sapal o el Municipio adolecieron de ella y es por eso que a tres años de que se firmó el mencionado documento, la planta tratadora de aguas residuales de Lerdo no se ha empezado a construir y es por eso también que Luis Fernando González Achem considera que ésta fue otra de las trampas que le dejó su antecesor para hacerlo quedar mal ante los electores y finalmente, tomando en cuenta NUESTRO ENTORNO, debemos considerar que es por eso que González Achem no se quiere meter en líos judiciales para cancelar el contrato a Odis Asversa, él está seguro que el pleito será largo, costoso y lo peor, es que va a perder, porque documentalmente, todas las condiciones están dadas para que Odis Asversa gane cualquier controversia a nivel judicial. Prudente el Alcalde que no quiera gastar dinero en un pleito que tiene perdido.

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