“En este momento en México, quien no está confundido, está mal informado”.
Anónimo
El PRI ya está actuando como dos partidos distintos en la Cámara de Diputados. Un grupo de diputados priistas sigue aceptando el liderazgo de Elba Esther Gordillo y ha aprobado un dictamen de Reforma Fiscal que incluye un nuevo impuesto a la cadena productiva de medicinas y alimentos. El otro ve en Emilio Chuayffet a su dirigente y ha rechazado esa Reforma.
Esta división quedó claramente de manifiesto el lunes 8 de diciembre por la noche en la votación de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Los elbistas votaron a favor, pero los demás priistas lo hicieron en contra.
La propuesta de Reforma que salió de la Comisión de Hacienda es quizá un poco mejor que el sistema actual, pero dista mucho de lograr la simplificación y la competitividad que eran la verdadera razón de ser de la Reforma. En caso de que esta iniciativa termine por ser aprobada —lo cual no es seguro, dada la hostilidad de los priistas leales a Roberto Madrazo y Chuayffet— generará una mayor recaudación para el Gobierno Federal y los estados, pero no significará una modernización real del obsoleto sistema fiscal mexicano.
Bajar el IVA del 15 al 10 por ciento y aplicarlo a todos los productos y servicios, como propuso originalmente el presidente Fox, era la clave para simplificar y darle real competitividad a nuestro sistema fiscal. Pero esta idea ha sido abandonada. En el dictamen aprobado el lunes por la noche se mantiene un IVA del 15 por ciento, si bien un 2 por ciento se compromete directamente a los estados (que es una de las razones de que la mayoría de los gobernadores apoyen la iniciativa).
A pesar de que no se ha reducido el IVA general, sí se aplicará un impuesto del 8 por ciento a la “cadena de producción” de medicinas y alimentos. Es verdad que se exenta específicamente la venta final, pero no hay ninguna duda de que el impuesto cobrado a lo largo de la cadena de producción e importación repercutirá en un aumento del precio final del producto. La obsesión de no aprobar un IVA a alimentos y medicinas está generando un sistema de innecesaria complejidad que tendrá un impacto similar sobre los consumidores. Y lo peor de todo es que esta complejidad se da con un aumento real de impuestos que no existía en la propuesta original del presidente Fox (ya que la aplicación del IVA a alimentos y medicinas se compensaba con la baja de la tasa general).
Del lado del Impuesto Sobre la Renta la iniciativa de la Comisión de Hacienda es también de claroscuros. A pesar de la urgente necesidad de reducir la tasa del impuesto sobre la renta de las empresas —con el fin de que México pueda ser competitivo frente a otros países, como China, que cobra un gravamen menor— la propuesta de la Comisión de Hacienda es disminuir este impuesto poco y además gradualmente.
En el 2004 la tasa pasará de 34 a 33 por ciento; sólo en el 2006 se alcanzaría un 30 por ciento, cifra todavía muy superior al 20 por ciento promedio que cobra China.
En contraste la reducción en el impuesto sobre la renta para las personas físicas sería más rápida. El próximo año la tasa máxima bajaría de 34 a 25 por ciento. Se exentarían además los ingresos hasta de seis salarios mínimos (76 mil pesos al año o 5,846 pesos al mes si se hacen 13 pagos al año). Para otorgar esta exención, se cobraría impuesto sobre la renta a todos los ingresos, incluyendo los que se otorgan en especie. Lo anterior eliminaría la actual injusticia que hace que las “prestaciones” queden libres de impuestos mientras que los ingresos “normales” paguen una excesiva carga fiscal.
El paquete de medidas que se propone en el dictamen le generaría al Gobierno unos 90 mil millones de pesos, según el diputado elbista Francisco Suárez Dávila, de los cuales 50 mil le tocarían al Gobierno Federal y unos 40 mil a los estados. Lo anterior significa que la Reforma Fiscal estaría cumpliendo con el propósito de aumentar la recaudación.
Pero ése es el objetivo menos importante de la Reforma. Las metas realmente urgentes son simplificar un sistema terriblemente complejo y construir una economía más competitiva. La propuesta surgida de la Comisión de Hacienda no logra ninguna de las dos.
Aplazamiento
Juan de Dios Castro, presidente de la Cámara de Diputados, sabe que Elba Esther Gordillo no podrá seguir siendo la coordinadora de los diputados del PRI si la rechaza la mayoría de estos legisladores. Pero también está consciente de que el PRI ha violado su propio reglamento al reemplazar a su coordinadora a medio camino. Esto le da la oportunidad de mantener en suspenso el reconocimiento de Emilio Chuayffet por lo menos hasta que termine la batalla sobre la Reforma Fscal.
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