La definición de nuestros valores morales sirve como una brújula ética que evita que perdamos el rumbo cuando los vientos de las tentaciones que empiezan a soplar alrededor del navío de la vida. Millones de personas se estrellan continuamente contra los arrecifes de las malas consecuencias, con frecuencia sufriendo por ello daños irreparables, porque se permitieron a sí mismos el ser atrapados en aguas agitadas y peligrosas sin haberse asegurado con anterioridad de que llevaban a bordo las necesarias brújulas éticas. Sin fundamento moral, los malos efectos y las terribles consecuencias siempre aparecen. La moral firme nos guíe incluso entre las tormentas sin temor ni desasosiego.