Es en verdad sorprendente cómo muchas personas viven en el pasado y tienen una pasión por la nostalgia. Sus mejores momentos los pasan adorando viejas fotografías o haciendo el recuento de memorias significativas relacionadas con objetos personales. Claro que debemos valorar el pasado; no debemos olvidar quiénes somos ni de dónde venimos. Pero muchas personas viven solamente en el pasado; pasan por el camino de la vida mirando por el espejo retrovisor. La ley máxima de la vida es que viva el momento. A medida que se aventura en el aquí y el ahora, va a celebrar la importancia del presente. La nostalgia excesiva tiene un costo muy alto. Es tiempo de dejarla ir.