Las personas que siempre están anticipando el resultado de sus objetivos, esperando logros, solamente desperdician vida. No han cultivado el saludable hábito de vivir en el presente. Mientras más viajamos en el tren de la vida, más seguimos creyendo que a la vuelta de la próxima curva llegaremos a una estación, una estación de color rojo que simbolizará el momento de panacea cuando todas las piezas de nuestra vida se unirán ordenadamente. Pero ello es una fantasía; esa estación no existe. Lo mejor que podemos hacer con la vida es disfrutar de ella mientras dure. El logro esperado siempre nos aleja y nos consume en vida.