¿Qué responsabilidad tienen los jueces, fiscales y abogados en el mal funcionamiento de la justicia? ¿Qué defensa tienen los ciudadanos ante jueces y magistrados incompetentes y corruptos? ¿Cómo podríamos cambiar la percepción de que la justicia no es imparcial? Los hechos de las personas hacen la realidad. Si la sociedad es administrada por mentalidades mediocres, la efectividad de sus cometidos no estará a la altura de las exigencias justas y humanas que demandan los ciudadanos. Hay que transformar la realidad, modificando los comportamientos y oponiéndonos a ellos si injustos son; hay que crear un sistema ágil de administrar justicia en donde no quepan las mentes mediocres, listas para la injusticia y para hacer daño. Debemos crear mecanismos propios para defendernos de los jueces, que seres humanos son, y que bajo el influjo del poder que tienen sobre nuestras vidas, suelen enloquecer. La duda se plantea cuando los mecanismos correctivos de los jueces se plantean ante otros jueces, sus colegas.
