He aquí un punto de vista extraordinariamente valioso en el campo de las relaciones humanas. Es un método milagroso para manejar gente difícil, especialmente los que nos hacen la vida pesada. El método de la simplicidad se aplica. Cuando encontremos en nosotros una persona dura, difícil y severa, hay que identificarla de otra manera, no como todo mundo la ve. Esas personas difíciles por lo general son personas aterrorizadas, no malvadas o amargadas como se les llama. Si las vemos como víctimas de sus temores, entonces nos podemos relacionar con su verdadera identidad. Todas las emociones negativas tienen como común denominador el temor.