El poeta Antonio Machado decía: “Caminante no hay camino: el camino se hace al andar; golpe a golpe, verso a verso. Caminante, no hay camino, el camino se hace al andar, al andar se hace el camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, si no estelas en el mar”. Esto significa que debemos buscar nuestra lámpara de la verdad, pero si se apaga, hay razones. La ceguera no es buena compañera en un mundo donde hay que ver tantas verdades. Por ello necesitamos un mínimo de voluntad y propósito firme para alcanzar la armonía. Y, así sintiendo, comprendiendo, analizando, ordenando... Vamos remontando el vuelo hacia caminos mentales más sensibles y humanos. La vida es un sendero que hacemos y al cual nunca hemos de retornar y dejamos huellas en la atmósfera mental de nuestro entorno. Así lo entendió Antonio Machado en el poema descrito antes, motivo de una canción, pero el cual realmente no entendemos. No hay camino, no hay destino.