09 octubre 2003
Madrid, (Notimex).- Al menos nueve iraquíes murieron y 12 más resultaron heridos hoy por un atentado suicida con un coche-bomba contra la comisaria de la policía en Bagdad, confirmaron fuentes oficiales estadounidenses e iraquíes.
El atentado, el segundo contra la policía iraquí en lo que va de este mes, se registró cerca de las 09:30 horas de Bagdad en el barrio de Ciudad Al Sadr, conocida como Ciudad Hussein, antes de la llegada de la coalición el pasado 9 de abril.
El capitán Sean Kirley de la Segunda Caballería Blindada del Ejército de Estados Unidos confirmó este mediodía que el ataque provocó la muerte del suicida, cinco civiles y tres policías iraquíes.
En declaraciones a la prensa internacional, Kirley explicó que el nuevo atentado aparentemente fue provocado por un artefacto explosivo de fabricación casera, detonado a la entrada de la estación de policía por un suicida abordo de un automóvil.
El carro-bomba estalló a unos cinco metros del puesto de control de la policía, causando la muerte instántanea de los tres guardias que custodiaban la entrada y de cinco civiles que transitaban por el lugar, según informes de prensa conocidos en esta capital.
Kirley indicó que la fuerte detonación causó también heridas a por lo menos 12 personas, aunque fuentes hospitalarias informaron que atendieron a 15 heridos, tres de ellos en condición grave, por lo que el número final de muertos podría aumentar.
El jefe de la policía en el barrio de Suk Yamila, el general Chamer al Saadun, dijo por su parte que el suicida arremetió de lleno contra la comisaria de la policía abordo de su automóvil Oldsmobile color gris.
"Fue definitivamente un atentado suicida", afirmó el policía tras señalar que la potente detonación voló la cabeza del agresor, al parecer un hombre de más de 30 años de edad con la característica barba que portan los musulmanes.
Un portavoz de la base policiaca dijo que cientos de personas se encontraban en el edificio al momento de la detonación, en espera del pago mensual de sus salarios, por lo que el ataque pudo ser premeditado.
La comisaría atacada es el centro de reunión diario de cientos de policías que se encargan de patrullar Ciudad Al Sadr, una zona chiíta ubicada en el noreste de Bagdad, conocida en el pasado por su fuerte oposición al régimen de Saddam Hussein.
El atentado causó el enojo de la población de la localidad, que se dirigió al lugar para arrojar piedras contra las tropas estadounidenses que acordonaron el área para la investigación.
La policía iraquí ha sido blanco de numerosos ataques desde que la coalición, encabezada por Estados Unidos, tomó el control de Iraq, hace justo seis meses. Aun cuando los policías son reclutados entre la población, los detractores los consideran traidores.