Durango

Oaxaca y Durango se unen por la fe

Ayer por la noche se efectuó un festival de bienvnida para el arzobispo Héctor González en la Plaza IV Centenario, con la participación de grupos de Oaxaca y Durango.

La fe, la alegría y la hermandad entre dos estados se pudo admirar ayer por la noche en la Plaza IV Centenario, durante el festival de bienvenida al arzobispo Héctor González Martínez; así Durango y Oaxaca se unieron para agasajar al nuevo Arzobispo y a un pueblo que lo recibe con los brazos abiertos.

Para iniciar con el programa, los jóvenes cantantes Esteban y Lauro, portando traje de charro interpretaron algunas melodías, entre ellas “Amor eterno”, con la que concluyeron su participación.

Recibieron los aplausos de la comunidad de Durango y Oaxaca, que emitían porras al nuevo Arzobispo en repetidas ocasiones.

La Banda Típica “Los auténticos de San Andrés Guayapán” y el Grupo Folklórico del Instituto Tecnológico de Oaxaca, AC, presentaron una muestra de la “Guelaguetza” exponiendo la riqueza de Oaxaca, “que es un estado lleno de biodiversidad para todo México: climas, paisajes, y seres humanos con una cultura distinta”, declaró un joven oaxaqueño que ingresó al escenario portando un globo con letras escritas a la mitad que decían: “Felicidades Don Héctor González”.

Así, la Banda Típica y Grupo Folklórico ejecutaron “El jarable mije” de la Guelaguetza, para terminar aventando entre los asistentes bolsas con dulces típicos de la región oaxaqueña.

Después de la presentación, el Ballet Folklórico de la Universidad Juárez del Estado de Durango, dirigido por Santos Salas Mata, presentaron un breve cuadro folklórico para los asistentes.

Para cerrar con broche de oro el Festival la UJED y el Instituto Tecnológico de Oaxaca intercambiaron bellas artesanías; Durango entregó artículos de la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías, mientras que Oaxaca les obsequió un bello jarro elaborado en barro oaxaqueño.

Las autoridades eclesiásticas, municipales y gubernamentales se dieron cita en dicho festival para compartir junto con don Héctor González y los durangueños la felicidad que ahora embarga a dos estados, que para esta ocasión se “unió bajo un mismo pastor”.

Origen de la Guelaguetza

Guelaguetza es una palabra zapoteca que denota el acto de “participar cooperando”; es un don gratuito que no lleva consigo más obligación que la de la reciprocidad.

La Guelaguetza de los Lunes del Cerro se expresa en la ofrenda a la Ciudad de Oaxaca que hacen grupos representativos de las siete regiones tradicionales: Los Valles Centrales, La Sierra Juárez, La Cañada, Tuxtepec, La Mixteca, La Costa, y el Istmo de Tehuantepec.

Cada delegación presenta una muestra de su patrimonio cultural a través de bailes que ejecutan al son de la música y los cantos que les son propios, vistiendo indumentaria de gala de sus respectivos pueblos.

Al terminar, cada grupo distribuye entre el público su "Guelaguetza" compuesta por objetos característicos de sus respectivas regiones.

Recientemente se han agregado a estas fiestas otros espectáculos folklóricos para esparcimiento popular, tales como el desfile de las delegaciones organizado a la manera de la Calenda tradicional y que se lleva a cabo el sábado anterior al primer lunes.

Esta calenda la encabeza la "marmota", que es un gran farol esférico cubierto de tela, los "gigantes", las "chinas oaxaqueñas", mujeres de la ciudad portando canastas enfloradas acompañadas de su banda de música y los coheteros; les siguen las demás delegaciones, cada una de ellas precedida de la música propia de su región.

Al día siguiente que es domingo, se realiza en la Plaza Central la elección de la representante de la diosa Centéotl que presidirá las fiestas. En este acto contienden una aspirante de cada delegación. En este certamen no se busca elegir a la más bella o a la más suntuosamente ataviada, sino a la más representativa y conocedora de la tradición de su pueblo.

Por las noches ese mismo día se realiza el Bani Stui Gulal (“repetición de la antigüedad”), que es una representación de la historia de los Lunes del Cerro en sus diferentes épocas.

El lunes a las cinco de la mañana, los "chirimeteros" de los Valles Centrales, tocan “Las mañanitas" al cerro, con pitos, tambores y chirimías, mientras la gente empieza a llegar al cerro, en donde toman un suculento almuerzo oaxaqueño, antes de entrar al auditorio en el que la marimba y los chirimeteros ofrecen una audición a los asistentes. A las diez de la mañana da inicio la Guelaguetza.

Por la tarde, en el mismo auditorio tiene lugar la presentación de la leyenda de la Princesa Donají, hija del rey zapoteca Cosijoezay de la princesa Coyolicatzin.

Entre el primer lunes y su octava tienen lugar diversas actividades tales como muestras gastronómicas y artesanales y representaciones costumbristas de las más diversas comunidades del estado, así como exposiciones, conciertos y otra serie de eventos de trascendencia cultural organizada por las instituciones que difunden la cultura de Oaxaca en todas sus manifestaciones.

En la "Octava" o segundo Lunes del Cerro, se repiten el Bani Stui Gulal, la "Guelaguetza" y la "Leyenda de la Princesa Donají".

En las fiestas del los Lunes del Cerro se vuelca el entusiasmo popular por continuar con las antiguas tradiciones.

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