Durango, Dgo.- Para el cardenal Norberto Rivera Carrera, los obispos que han sido inculpados de entrometerse en las cuestiones político-electorales no son culpables de intervenir en ningún momento en política partidista o personal; “simplemente han proclamado lo que es su obligación: sus convicciones religiosas... los principios morales de la iglesia, que para eso además tenemos a la Constitución Mexicana, que defiende el derecho a la vida y a la dignidad del matrimonio”.
Tras las acusaciones de que han sido objeto varios obispos de la iglesia católica, el cardenal Rivera manifestó que tanto las leyes mexicanas como las canónigas otorgan libertad de expresión a los sacerdotes para proclamar los principios del Evangelio y la moral que sostiene la iglesia católica, “en tiempos de campaña y fuera de ella, con ocasión o sin ella”.
“La iglesia es una comunidad abierta a todos para predicar el Evangelio; no puede ser la iglesia de un grupo o partido, sino de todos... creo que la misiva de Gobernación es muy clara y también reconoce el derecho de todo sacerdote de sus libertades de expresión y religiosa para proclamar en tiempos de campañas y fuera de ellas, con ocasión o sin ella, los principios del Evangelio, la moral que sostiene la iglesia”, puntualizó el cardenal.
Predicar los valores
“La iglesia católica quiere dar orientación, quiere presentar a la luz del Evangelio los grandes valores. Diría que es necesario que nos encontremos sobre este punto de valores, que tiene que guiar a nuestra sociedad mexicana, más que polemizarlos”, expresó el delegado apostólico, Giuseppe Bertello, con respecto a la polémica que ha surgido sobre la supuesta intromisión de los obispos en asuntos electorales.
“Es la primera vez que estoy en una campaña electoral en México, he visto con mucho interés y mucha curiosidad. Como extranjero, veo las cosas desde afuera; pero también como representante del Papa aquí, que ante todo hay dos derechos fundamentales del hombre: la libertad religiosa y la libertad de expresión que deberá guiarnos en el problema de la ley canóniga y de la Constitución, declaró en su llegada a Durango para asistir a la celebración eucarística en honor de los 50 años de sacerdote del obispo de la Prelatura de El Salto, Manuel Mireles Vaquera.