Especial

OMC| Países en desarrollo se hacen escuchar

12 septiembre 2003

Cancún (México), (EFE).- Los países en desarrollo han alzado su voz en la conferencia ministerial de la OMC en Cancún para rechazar que se les impongan negociaciones sobre nuevos temas como inversiones o que se les exija abrir sus mercados a los productos fuertemente subsidiados del mundo rico.

Escarmentados por haber aceptado en la anterior Ronda Uruguay (1986-1994) compromisos excesivamente onerosos en materia de liberalización comercial, sus gobiernos dicen no estar dispuestos esta vez a dejarse atropellar por los grandes países.

"Ahora somos más sabios. Hemos aprendido la lección", dijo la ministra de Comercio Internacional de Malasia, Rafidah Aziz, para explicar la negativa de países de distintos continentes a aceptar el lanzamiento aquí de negociaciones sobre inversiones, contratación pública, política de competencia o facilitación contratación pública, como quieren europeos, japoneses o estadounidenses.

Con la seguridad del respaldo de un importante grupo de países, que van desde China, la India, Venezuela o Egipto hasta Cuba, Zambia o Zimbabue, la ministra expresó el rechazo común a embarcarse esta semana aquí en negociaciones sobre esos nuevos temas conocidos como los de Singapur.

"Las negociaciones de agricultura comenzaron en 1987, estamos en 2003 y aún no se ha resuelto nada", dijo la ministra malasia, quien precisó que de los temas de Singapur, por el contrario, se plantearon por primera vez en la reunión de la OMC celebrada en ese país asiático en 1996.

Algunos de los países del grupo que no quieren embarcarse en nuevos compromisos que limitarían, según temen, su soberanía, integran al mismo tiempo otro heterogéneo grupo, el G-21, que reúne a países proteccionistas en agricultura como Pakistán o la India y a liberalizadores como Brasil, Argentina o Chile.

El elemento unificador es la común oposición a los subsidios agrícolas que permite a los países ricos vender sus productos en el mundo en desarrollo a precio de "dumping", lo que constituye una competencia desleal para países en desarrollo que son exportadores agrícolas netos al tiempo que hunde a las pequeñas explotaciones de subsistencia.

Ese grupo de países, coordinado por Brasil, pero del que también forma parte un gigante comercial en potencia como China, representan más del 65 por ciento de la producción agrícola mundial, y dice no estar dispuestos a soportar los desequilibrios heredados de la ronda Uruguay.

Denuncian sobre todo que los países ricos les exijan abrir sus mercados a sus productos agrícolas mediante un drástico desarme arancelario mientras se permiten el lujo de conceder ayudas millonarias tanto internas como a la exportaciones y protegen los sectores que les interesan, como el algodón o el azúcar.

Los perjuicios económicos que causa el "dumping" agrícola superan ampliamente el monto de la ayuda al desarrollo que reciben esos países, según han denunciado repetidamente expertos en el tema y organizaciones no gubernamentales.

Yvonne Baki, ministra de Comercio Exterior de Ecuador, país que forma parte del G-21, declaró este jueves a la prensa que los países que soportan los perjuicios derivados de los subsidios agrícolas tienen derecho a dejar oír su voz.

"Es un problema que tiene necesariamente que resolverse porque no nos dejan ser competitivos", denunció la ministra.

Leer más de Especial

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Especial

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 49369

elsiglo.mx