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ECATEPEC, Méx.- El Obispo de la diócesis local, Onésimo Cepeda, y Rosario Robles, dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), hicieron “las paces” luego de la guerra de declaraciones que se registrara en torno al conflicto de San Salvador Atenco.
Sin embargo, olvidándose de las rencillas pasadas en donde se acusaron de misógino y de “gallina”, la líder perredista y el prelado desayunaron ayer domingo y recorrieron la catedral, minutos antes de que Rosario Robles llevara a cabo un mitin político en el municipio. “Ya somos amigos, nos dijimos la paz sea contigo y se organizó la paz”, mencionó el prelado, quien indicó que el encuentro se programó tras encontrarse en un restaurante, “luego de vernos por espacio de media hora, nos empezamos a reír y de ahí un abrazo”.
Aseguró que ello no representa que estén de acuerdo en todo lo que diga la otra parte, “entonces hay diferencias que se subsanan con una abrazo, una comida y una visita a Ecatepec”.
Asimismo, aclaró que no tiene preferencia electoral, al asegurar que es daltónico y sólo apoya un buen gobiernosta aseveró que ello no representa que se vaya utilizar a la iglesia católica para hacer proselitismo, “estaríamos contradiciendo nuestros postulados y a nuestra visión laica que es la que reivindica a nuestro partido el respeto a todas las religiones”, expresó.
Cabe recordar que sus diferencias personales comenzaron cuando Onésimo Cepeda hizo declaraciones en torno a que se justificaba la muerte de unos cuántos por la construcción de una nueva terminal aérea en terrenos del exlago de Texcoco.
Situación que le fue contestada por la líder perredista, quien salió en defensa de los campesinos y llevó a cabo un mitin en Ecatepec, lo que acrecentó la guerra de calificativos entre ambos.