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MÉXICO, DF.- Al paso del tiempo aumenta la amenaza de enfermedades degenerativas, muchas de ellas son incurables, pero pueden ser controladas en cierto grado, ese es el caso del mal de Parkinson, que si no es tratada por un médico especialista puede llegar a discapacitar a sus víctimas. Investigaciones científicas han producido un fármaco que puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Especialistas dicen que al tratarse de un mal que es incurable, el objetivo de los tratamientos para la enfermedad de Parkinson es aliviar los síntomas, de modo que el paciente pueda continuar llevando una vida lo más normal posible.
Hasta ahora, el medicamento más común para el tratamiento de esta enfermedad ha sido la levodopa, que al metabolizarse se convierte en dopamina en el cerebro.
Sin embargo, dicen, su efecto va disminuyendo a lo largo del tiempo (de cinco a siete años), y las dosis elevadas ocasionan efectos secundarios que afectan la calidad de vida del paciente.
Y como la enfermedad de Parkinson es un mal del sistema nervioso, crónico y degenerativo que afecta a las neuronas del cerebro encargadas del control de las funciones motoras, así como del mantenimiento de la postura, se deben buscar mejores fórmulas de atacarlo.
Un problema global
En el mundo afecta al un por ciento de la población mayor de 55 años y en México se estima que aproximadamente 200 mil personas la sufren.
La enfermedad de Parkinson se origina en una parte del cerebro denominada sustancia negra, en la que ocurre una degeneración de las neuronas que provoca una deficiencia en la producción del neurotransmisor llamado dopamina.
Es una enfermedad que se oculta, pues su diagnóstico oportuno se dificulta, ya que desafortunadamente se manifiesta cuando se ha destruido entre 65 y 70 por ciento de las neuronas productoras de dopamina.
Algunos de sus síntomas son lentitud de los movimientos voluntarios, la micrografía o deterioro en la escritura que se vuelve pequeña, rigidez en el rostro y mirada fija, habla monótona y a nivel bajo, temblor en las extremidades en reposo, rigidez en alguna parte del cuerpo y equilibrio deficiente en los reflejos posturales. Las señales siquiátricas de la enfermedad de Parkinson incluyen la depresión y lentitud del pensamiento.
La enfermedad de Parkinson ocupa el séptimo lugar de frecuencia en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México.
Este padecimiento parece tener variaciones regionales en su distribución mundial y las tasas de prevalencia van de 50 a 180 por cada 100 mil habitantes, en la mayoría de las naciones occidentales.
En México la prevalencia es más baja que las cifras antes citadas; es decir, más cercana a los 44 por 100 mil habitantes que muestran los países orientales, como China y Japón. En nuestro país la prevalencia es baja, entre 40 por cada 100 mil personas. (Una prevalencia alta es la de 180 por cada 100 mil habitantes). Es decir, tenemos alrededor de 50 mil pacientes con enfermedad de Parkinson en todo el país.
Los médicos cuentan ahora con el fármaco pramipexol, que puede ayudar a los enfermos de esta enfermedad, pero debe ser prescrito por un especialista.