El cambio de los planteles de la Universidad Autónoma de Coahuila a la Ciudad Universitaria que se construye en terrenos que fueron del Ejido El Águila, ofrece una oportunidad única e irrepetible en la historia de Torreón, para ampliar el bulevar Revolución.
Lo anterior es importante porque nuestra ciudad demanda más y mejores vías de tránsito vehicular, tanto para atender las necesidades actuales, como para responder a la demanda en el mediano y largo plazo.
Los bulevares Independencia, Diagonal Reforma y Revolución, fueron construidos hace casi cuarenta años y fueron en su tiempo la solución a la vialidad de la ciudad. Los dos primeros hasta la fecha están vigentes y salvo algunos ajustes en el diseño y ubicación de sus camellones, no ameritan mayores cambios.
Sin embargo el bulevar Revolución nació insuficiente. Un largo pleito judicial respecto a los terrenos aledaños que en otro tiempo alojaron a las vías del ferrocarril, la apatía de las autoridades y las ambiciones desatadas a ese respecto, propiciaron asentamientos irregulares que limitaron el trazo del bulevar. A su vera aparecieron una multitud desordenada de fincas que hicieron de la vía una secuencia abigarrada de changarros y un mal ejemplo de contaminación visual. Los programas de regularización promovidos por el gobernador José de las Fuentes Rodríguez, carentes de visión y criterio urbanístico, no hicieron sino legitimar los despojos.
Propuestas para desahogar el tráfico vehicular en el bulevar Revolución van y vienen, como la que sugiere con simplismo el retiro de las rutas de servicio público de transporte, lo que no es solución mientras no existan vialidades alternas.
Por ello el traslado de las escuelas de la UAC que se encuentran en el bulevar Revolución, a las nuevas instalaciones de Ciudad Universitaria, ofrece la oportunidad para ampliar el trazo de esa vía, mediante la adquisición de los terrenos remanentes por parte del Municipio de Torreón con el apoyo del Gobierno de Coahuila. Las autoridades universitarias manifiestan que pondrán a la venta los inmuebles en la medida en que se vayan desocupando, lo que presagia una nueva oleada de ambiciones en torno al destino de tales inmuebles.
Es cierto que la UAC es un organismo descentralizado de la Administración Estatal y por tanto goza de patrimonio propio, lo que la hace dueña de los inmuebles que nos ocupan con derecho para disponer de ellos. Sin embargo, en la construcción de Ciudad Universitaria se han hecho grandes inversiones con recursos públicos de Federación y Estado y en esa medida, resulta justo y procedente entregar al Municipio los terrenos sobrantes, con el objeto de ampliar la vialidad cuya modernización es objeto de comentario.
La sola adquisición de los terrenos que se mencionan no es suficiente para ensanchar el bulevar Revolución en toda su longitud sin embargo, implicaría un primer paso hacia la ampliación paulatina que ofrecería desde el inicio alternativas de desahogo hacia el bulevar Sur Laguna y en el futuro continuaría en terrenos del antiguo edificio de Seguridad Pública, del Tecnológico Regional de la Laguna, del Parque de las Tortugas, de las diversas instalaciones del Seguro Social, hasta el paso a desnivel Diana Laura.
En virtud de que las superficies que hoy son de la UAC, son mayores que las que tramo por tramo requiere el bulevar para su ampliación, los fondos para cubrir la indemnización que supondría adquirir por vía de compraventa o expropiación, las propiedades particulares que se encuentran en el trayecto, se obtendrían de la venta de las superficies sobrantes de la ampliación, cuyo valor compensaría el costo de las indemnizaciones.
La ampliación del bulevar Revolución requiere un gran esfuerzo coordinado de las autoridades de los niveles estatal y municipal. Ojalá que el gobernador Enrique Martínez y el alcalde Guillermo Anaya, sean los funcionarios con la voluntad y la visión necesarias para emprender esta gran obra que Torreón merece.