Se oye que dicen, que hablan, que suponen que el Partido Revolucionario Institucional podría estar en sus últimos días como organización política nacional de seguir bajo el desorden funcional interno que hoy se expresa en diversas maneras. Otros, más drásticos, sostienen que el PRI boquea en un último esfuerzo de sobrevivencia después de la estocada electoral del dos de julio del año 2000. Pero así han dicho desde hace varios años y el PRI se mira cada vez más gordo, colorado, ganador y sin ganas de dar el costalazo.
Los pronosticadores de los funerales priistas dicen que el síntoma fatal puede ser la violencia que anteayer escenificaron en las calles de la capital algunos campesinos inconformes con la actuación de la dirigencia nacional de la Confederación Nacional Campesina, encabezada por el oaxaqueño Heladio Ramírez. La CNC es una de las corporaciones torales del Partido Revolucionario Institucional que hoy protagoniza una abierta oposición, en paralelo a otras centrales campesinas independientes, a la puesta en vigor del apartado agropecuario del Tratado de Libre Comercio. Los catorrazos, sin embargo, resultan normales e inocuos: la capital es un ring donde todos los días hay funciones públicas de box, con moretones, pero sin consecuencias.
Otra causa, avisan, que podría convertir al PRI en óbito es la peligrosa exigencia de Rodríguez Alcaine, líder laborista, sobre las antiguas cuotas electorales que los directivos del Congreso del Trabajo usufructuaron en los buenos tiempos del PRI: las curules y escaños del Congreso de la Unión. El líder conocido como “La Güera Rodríguez” habría amenazado paladinamente a Roberto Madrazo Pintado, presidente nacional del PRI, con abandonar las filas de este partido para formar otro, si es que se le escatiman, a título de algún procedimiento democrático interno, las candidaturas a que supuestamente tienen derecho sus sindicatos. Otro sin embargo: tales amagos se han dado desde que el PRI es el PRI y los priistas siempre se han puesto de acuerdo.
Una circunstancia ominosa más, que anuncia según los decires el requiescat in pace priista es el actual divisionismo que padece el Partido Revolucionario Institucional, con dos distintas corrientes, claramente establecidas desde las elecciones internas de Comité Ejecutivo Nacional. El grupo de Madrazo, que representa al PRI del viejo cuño, ya matizado frente a los compromisos internacionales en materia de globalización y libre comercio, contra el grupo tecnócrata neoliberal de corte químicamente salinista, hoy en espera de revigorización electoral. ¿Usted les cree? Yo no.
Lo serio y lo cierto es que ambas facciones internas del PRI tienen la vista puesta en la candidatura de su partido por la Presidencia de la República en el 2005, si bien habrán de unir fuerzas para ganar las elecciones federales del 2003 y constituirse en un factor mayoritario en las decisiones legislativas sobre el Partido Acción Nacional, quien no las trae todas consigo.
Veamos: La participación del PAN en la intención del voto para estos comicios expresa en junio del 2002 devino reducida en un 18 por ciento, mientras que a favor del PRI subió un 19 por ciento. Lo que aquéllos perdieron, lo ganaron éstos. De este modo los blanquiazules podrían alcanzar 170 curules, ante los tricolores que llegarían a obtener 235 curules. En porcentajes el PRI alcanzaría el 47 por ciento del poder decisorio y el PAN el 34 por ciento. Si la manifiesta intención de voto se concretara el seis de julio de este año, el PRI podría estar por encima del PAN con 24 diputaciones (*)
Claro, ni al PRI ni al PAN les puede satisfacer este virtual empate que solamente prolongará el actual estatus de poder en la Cámara de Diputados, lo cual es igual que continuar el estancamiento del gobierno de Vicente Fox. En suma, seis años perdidos sin poder concretar una reforma de Estado y las consiguientes estructurales de petróleo, electricidad y fiscal nacional.
Si así se llegaran a presentar las cosas político-electorales a fines de este año, neurálgico por muchos motivos, nuestro país podría enfrentar una nueva crisis económica del tamaño de las precedentes de 1982 y 1994. Anteayer anunciaron las corredurías bursátiles internacionales que bajarán su recomendación para la inversión en México como medida precautoria ante “la baja capacidad de respuesta económica y parálisis política de nuestro país.”
Una síntesis de la situación podría ser esta: El PRI sigue vivo y coleando; el PAN no alcanza a dar el tirón porque el primer panista del país no atina hebra con aguja; el pastel de rica está en el aparador, a la vista, y las moscas de los once partidos y las 76 agrupaciones políticas nacionales acuden a comérselo en tropel; la economía sigue con el freno metido y los mexicanos estamos como el chinito, nomás mirando. ¿Ya tiene usted su candidato para la grande?...
(*) Datos tomados del análisis político de un diario capitalino. Enero 14 de 2003.