Nadie duda de las buenas intenciones del alcalde Guillermo Anaya Llamas, ni del gran cariño que dice sentir por Torreón, pero de lo que sí se empieza a dudar, al casi cumplir los primeros cien días de gobierno, es que sepa dirigir y administrar una ciudad como Torreón, en donde sus habitantes son cada día más críticos y demandantes, en donde las necesidades son cada vez mayores y desgraciadamente los recursos al parecer van a la baja y por ello se requiere un gobernante con dinamismo, con imaginación y con un equipo de colaboradores que se encuentren identificados con el proyecto de gobierno y con los programas de desarrollo que anunció el joven panista durante su campaña y durante su toma de posesión, pero está quedando claro que don Guillermo carece de esos elementos y que los resultados serán en perjuicio de este municipio.
Se han girado instrucciones de que se atiendan las deficiencias que se tienen en materia de alumbrado público en colonias y en algunos sectores del primer cuadro de Torreón, pero la capacidad de respuesta que se tiene por parte de los trabajadores del área de servicios públicos, es más que deficiente y de esta forma, la instrucción del Alcalde se queda en el aire y las quejas por parte de los contribuyentes, van a la alza.
Hay quejas en el sentido de que está fallando el sistema de drenaje y que varias colonias residenciales ubicadas a los lados del bulevar Constitución se encuentran invadidas por malos olores y funcionarios del Simas se concretaron a ordenar que se pongan hules en las tapas de las alcantarillas para evitar que se expandan los repugnantes aromas, además de dar una explicación en el sentido de que “se regresan las aguas negras y el movimiento hace que se desprendan malos olores”; primero, como explicación no convence; segundo, debe haber un método más efectivo para evitar que esos aromas invaden las viviendas cercanas y tercero, los torreonenses no quieren explicaciones, quieren soluciones.
Los integrantes de la actual administración municipal, obviamente panistas de hueso colorado, burócratas y cumplidores de un estricto horario de trabajo, comenzando por el Presidente Municipal, al parecer se han olvidado de que la función pública se desempeña las 24:00 horas del día, pues religiosamente los principales funcionarios de la administración municipal llegan a sus oficinas a las ocho de la mañana pero a las tres de la tarde ya van de salida y no se les vuelve a ver, como si a las tres la tarde se parara el mundo y los problemas que para Torreón acarrea.
Es necesario que el alcalde Anaya Llamas se dé a la tarea de visitar sin comitiva y sin programa, en horas de la tarde o noche, las calles y avenidas de su municipio, las colonias populares y las orillas de la ciudad que dice querer mucho, para que personalmente se dé cuenta de los padecimientos de sus conciudadanos, de las fallas en los servicios públicos y más que nada de las fallas de sus colaboradores en el cumplimiento de sus responsabilidades; de hacer esos recorridos, se tiene la seguridad de que el joven Presidente Municipal se llevará una sorpresa y creemos que no muy agradable.
Un aspecto harto mencionado y que nunca, en ninguna administración municipal había dado tanto problema como ahora, es el referente a la Dirección Municipal de Cultura, en donde parece estar el máximo dolor de cabeza de la actual administración, contrario al álgido tema de seguridad pública o el desempleo. Increíblemente es en el área de cultura en donde Memo Anaya tiene la piedra en el zapato y todo al parecer por defender lo indefendible, pero allá él, por desgracia quienes la están llevando son los torreonenses que han visto estancados sus deseos por mejorar su nivel cultural y todo por una persona que al parecer no entendió la instrucción girada por el Alcalde en el sentido de dar difusión a todos los eventos que sirvan para alentar las manifestaciones artísticas y culturales en este municipio.
En los breves puntos que se mencionan líneas arriba, queda claro que Guillermo Anaya al parecer tiene buenas intenciones, tiene deseos de atender a su comunidad y de trabajar en beneficio de Torreón. La prueba de ello es que al parecer ha girado instrucciones, ha coordinado a sus colaboradores y les ha girado órdenes sobre cada uno de los puntos específicos de la administración municipal, pero...Orden dada y no supervisada...