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TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIS.- La administración de Pablo Salazar ordenó el encierro de 177 estudiantes indígenas y campesinos de la Normal Mactumatzá, a quienes se les integran las primeras averiguaciones previas por atentados contra la paz, asonada o motín, delincuencia organizada y secuestro, mientras que cientos de campesinos en indígenas bloqueron la carretera a Ocosingo como forma de protesta.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) puso bajo arraigo a los involucrados en el enfrentamiento contra la Policía Estatal, que la semana pasada pretendió tomar por asalto el plantel educativo rural, después de un operativo de rescate de 16 vehículos que permanecían en poder de los normalistas.
El choque violento a balazos, bombas molotov y pedradas, dejó más de 50 heridos, 200 detenidos y cuatro vehículos destrozados.
Los estudiantes radicalizaron sus protestas después de que las autoridades educativas del estado les advirtieron de la cancelación del pase automático para ocupar más de un centenar de plazas magisteriales, y que estaban obligados a presentar exámenes de oposición igual que el resto de egresados de otras escuelas.
“Brutal represión “
Cientos de indígenas y campesinos bloquearon la carretera Ocosingo-San Cristóbal, por “solidaridad” con los estudiantes.
Provistos con palos y algunos de ellos con el rostro cubierto con pasamontañas, los indígenas colocaron troncos con clavos a la altura de la comunidad La Florida de este municipio, provocando largas filas de vehículos sobre la vía que enlaza el estado de Chiapas con Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
Los hombres, en su mayoría indígenas tzotziles y tzeltales, aseguraron que decidieron bloquear la carretera Ocosingo-San Cristóbal, en “solidaridad” con la “brutal represión que emprendió el gobernador Pablo Salazar Mendiguchía” con los estudiantes de la Normal Rural Mactumatzá, que se ubica en la capital del estado.
Filas de autos de hasta más de un kilómetro de largo se ubicaban en el bloqueo que inició por la mañana y terminó después de las 15:00 horas de ayer.
Los indígenas y campesinos exigían a los automovilistas una cooperación de 30 pesos para que pudieran proseguir a su destino. Los recursos que recaudarían serían enviados a los estudiantes de Mactumatzá, que demandan plazas para los egresados.
Un hombre con un pasamontañas pedía permiso a los propietarios de los vehículos para ver si le permitían realizar algunas pintas en los cristales: “Fuera Pablo represor”, “Apoyo a los estudiantes de Mactumatzá”, eran algunas de las leyendas que colocaban sobre los autos.
En el bloqueo permanecían varados autos con turistas extranjeros y nacionales, autobuses y unidades particulares.