En enero de 1991, publicaba quien esto escribe un artículo que en su momento provocó que recibiera una airada carta, en la que el remitente me acusaba de estar vendido al gobierno de los Estados Unidos, por haber publicado una sintética semblanza de Saddam Hussein, provocador del conflicto del Golfo Pérsico, del cual resultó a fin de cuentas derrotado, sin que por ello se viese en la necesidad de abandonar el poder, mismo que ha seguido detentando despóticamente y si no pregúntenselo a las etnias kurdas víctimas continuas del terror desatado por Hussein dentro del propio Iraq; o bien a tantos y tantos ciudadanos iraquíes descontentos con dicha dictadura, los cuales simplemente han desaparecido ante la ignorancia del resto del mundo.
Existen estimaciones no confirmadas que calculan en más de un millón de asesinatos los que se han perpetrado durante la dictadura de Hussein, el cual al tener un control absoluto de los medios informativos, de la policía y de las fuerzas armadas iraquíes, no encontrará contradicción o confrontación a dichas cifras.
Otros datos que no aportan nada nuevo a lo que escribía yo en aquel artículo al que hacía referencia en el primer párrafo de éste, son los de una biografía realmente peculiar de este personaje que ha sembrado de autoritarismo, terror y amenazas al mundo, una vez que se finiquitara la Guerra Fría:
Saddam Hussein nació el 28 de abril de 1937 en el seno de una familia campesina sin tierras, cerca del poblado de Tikrit, a 160 kilómetros al norte de Bagdad.
Saddam cuyo nombre quiere decir “el que enfrenta” nació huérfano de padre, ya sea porque éste muriera antes de su nacimiento (según consigna la historia oficial), ya porque abandonara a su familia; lo cierto es que después de que la madre de Saddam se volviera a casar, el joven fue maltratado constantemente por su padrastro Ibrahim Asan.
Por ello a los diez años se fue a vivir con su tío Khayrallah, infundiéndole inmenso odio hacia el colonialismo británico y hacia el régimen hachemita instalado por ellos desde que oficialmente cedieran la independencia iraquí en 1932.
Quizá para emular a su tío Saddam solicitó ingresar a la Academia Militar de Bagdad, resultando rechazado. Abandona los estudios, se constituye a los 16 años en jefe de una banda callejera de tikritas pobres y en 1957 se incorpora al extremista Partido Baath dedicado a restaurar la gloria árabe por medio del nacionalismo laico y el socialismo. La banda capitaneada por Saddam constituyó una importante fuerza de choque para ese partido y a él lo catapultó en el mismo.
Tras el golpe de Estado contra el Rey Faisal II en 1958 tuvo que salir huyendo de Iraq por haber participado en un atentado en contra del general derrocador, Abdul Karim Qassim, pudiendo regresar en 1963, tras el derrocamiento de este general.
A partir de entonces se desempeña como interrogador y torturador policíaco, teniendo una vida tortuosa también por la inestabilidad política de su patria hasta que en 1968 las fuerzas de seguridad comandadas por Hussein participan activamente en el ascenso al poder del primo de éste, el general Ahmed Hassam Al-Bakr, con lo que Saddam se convirtió en el hombre fuerte del régimen, dándose el lujo de expulsar a su primo y asumir el poder totalitario del país a partir del 16 de julio de 1979.