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OVNI aterriza en Nueva York

Nueva York, (EFE).- Un Objeto Volante No Identificado aterrizó en el atrio de un edificio situado en pleno corazón de Manhattan, para dejar atónito al más escéptico de los transeúntes.

El platillo volador en cuestión es una instalación escultórica de la artista japonesa Mariko Mori, que desde hace varios años explora la relación entre el individuo y lo que ella llama "el cosmos interconectado".

La nave espacial, una suerte de huevo cósmico elaborado en fibra de vidrio de aproximadamente 11 x 5 x 4 metros, brinda placer estético y toda una experiencia física y "mental" para quienes lo abordan.

Mori ha creado una pieza interactiva mediante la fusión, en el interior de la cápsula plateada, de sonidos, gráficos en computadora y tecnología aplicada al funcionamiento cerebral.

La experiencia sensorial comienza cuando tres personas entran a la cabina en forma de lágrima y se colocan sus respectivos electroencefalógrafos, aparatos especialmente diseñados para leer las ondas del cerebro.

Los participantes se reclinan en cómodos sillones con la vista puesta en el domo-techo, donde, durante siete minutos, se proyecta un vídeo animado por computadora, que no es sino la visualización de la actividad de sus ondas cerebrales.

La información se transforma en seis células ondulantes que representan los lóbulos izquierdo y derecho de los cerebros de los tres participantes, y entre ellas se mueve una línea de color en correspondencia con los parpadeos y otros movimientos faciales.

Durante la proyección, las formas cambian de color y perímetro en respuesta a tres tipos de ondas cerebrales.

Las ondas Alfa, en azul, indican que la persona está relajada; las Beta, en rosa, señalan estado de alerta o agitación; y las Theta, en amarillo, representan el estado onírico.

Las características de los gráficos proyectados en el domo también cambian con las funciones mentales, o cuando por ejemplo el participante comienza a pensar en otros idiomas o a sacar las cuentas del mes.

Tras la lectura de las ondas cerebrales comienza la proyección de un vídeo titulado "Mundo Conectado", que consiste en una secuencia de animación gráfica basada en una serie de pinturas "oníricas" de formas abstractas y coloridas realizadas por la artista.

La conexión entre tecnología y espiritualidad, y el principio budista de que todas las formas de vida en el universo están interconectadas, han sido por largo tiempo objeto de estudio para Mori.

Pero con esta obra, titulada "Wave UFO" ("Onda Ovni"), Mori amplía esa investigación sumergiendo a los participantes en un viaje que busca conectarlos unos con otros y con el mundo, de acuerdo con el promotor del proyecto, el Fondo de Arte Público.

"Con este proyecto, tecnológicamente el más ambicioso de Mori hasta la fecha, la artista expande su exploración de temas universales como el viaje espiritual, la belleza y el vacío", señala el Fondo.

Mori, una ex modelo de 35 años, se hizo famosa por sus trabajos que mezclan la tecnología y un exuberante tratamiento pop de iconos religiosos como Buda, y sus altamente estilizadas fotografías en las que ella posa como un híbrido de geisha y muñeca Barbie.

Su obra no ha estado exenta de polémica, y en ocasiones ha sido criticada por explotar el culto a las celebridades y la fusión de la filosofía oriental con la cultura occidental -"sushi con Coca Cola"- a través del uso gratuito y sensacionalista de la electrónica.

Pero con "Wave UFO", que estará estacionado en Madison Avenue, junto a la calle 56, hasta el 31 de julio, Mori intenta demostrar, según sus propias palabras, que la tecnología permite proyectar con mayor claridad las ideas, incluidas las que se tiene del cosmos.

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