Agencias
RYAD, ARABIA SAUDITA.- Ocho estados se reunieron ayer en Riyadh para debatir las relaciones con las futuras autoridades de Bagdad y ofrecer su apoyo a Siria, país al que Washington ha acusado de albergar a miembros del gobierno de Hussein.
A la reunión, la primera de este tipo celebrada tras la guerra en Iraq, acudieron los ministros de Relaciones Exteriores de Turquía, Irán, Siria, Jordania, Kuwait, Egipto y Bahrain, además del anfitrión Arabia Saudita.
Ninguna de estas naciones mantenía buenas relaciones con el régimen de Hussein, pero todas quieren ejercer alguna influencia en el futuro de Iraq.
“Discutiremos la manera de ayudar al pueblo iraquí a decidir su propio futuro y a elegir su gobierno sin la intervención exterior”, dijo el jefe de la diplomacia de Egipto, Ahmed Maher.
“Esto es Iraq, no Estados Unidos, así que es normal que el gobierno de Iraq sea iraquí”.
El ministro sirio de Relaciones Exteriores, Farouq al-Shara, dijo que creía que de la reunión podría salir una petición para que las tropas extranjeras se retiren de Iraq. “La ocupación no es la respuesta adecuada para la estabilidad de Iraq”, dijo en El Cairo.
Siria estuvo sometida a una fuerte presión por parte de Estados Unidos toda la semana, pero un alto funcionario estadounidense dijo el jueves que había indicios de que Damasco está considerando expulsar a cualquier líder iraquí que se encuentre escondido en el país.
Estados Unidos ha bajado el tono de sus declaraciones al respecto. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dijo que podría viajar a Damasco como parte de una gira más amplio por el Oriente Medio.
Sin embargo, las acusaciones de Washington de que Siria ha desarrollado armas químicas pesaron fuerte sobre Damasco.
El ministro de Relaciones Exteriores, Farouq al-Shara, dijo que Siria se negará a aceptar inspecciones de armas, un día después de haber propuesto que todo el Oriente Medio, incluso Israel, debía quedar libre de armas prohibidas.
En Bagdad, se conocieron más detalles sobre la anarquía y los saqueos de la semana pasada. El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que se registraron violaciones sexuales de algunas pacientes en un hospital psiquiátrico de Bagdad.
En Washington, dos asesores culturales de Bush renunciaron a sus cargos en protesta por la negligencia de las fuerzas estadounidenses para impedir el robo de tesoros antiguos del museo de antigüedades de Bagdad.
“No tenía que suceder”, dijo Martin Sullivan, quien renunció a la presidencia de la Comisión Asesora de Propiedad Cultural del presidente. “En una guerra preventiva ése es el tipo de cosas que uno debía haber planeado”.