En días pasados, en las oficinas de la COPARMEX (Confederación Patronal de la República Mexicana) en Torreón, Coahuila, se efectuó una reunión a la que asistieron los representantes de las distintas cámaras de la Comarca Lagunera, funcionarios universitarios y de gobierno, así como otras personas de organizaciones sociales regionales. El propósito fue motivar para la constitución del Comité de Participación Ciudadana, organismo que promueve la Procuraduría General de la República, representada por la Lic. María López Urbina, delegada en el Estado de Coahuila.
Asistió el Dr. Adolfo Salamanca Sánchez, coordinador general del Consejo de Participación Ciudadana, que a nivel nacional intenta agrupar a personas que son representativas de la sociedad, para que todos, unidos, formando comités, opinen y apoyen el propósito de la PGR, abatir los índices de criminalidad.
En el acto, el Dr. Salamanca trató por todos los medios de entusiasmar a la concurrencia, que se mantuvo atenta a la explicación de las funciones del citado Comité; entre otras mencionó: establecer estrategias contra la delincuencia; proponer y dar seguimiento a programas que ataquen la impunidad y el crimen en el medio nacional; ser interlocutores, con la representación del ciudadano común y corriente; presenten pedimentos y reclamos a las autoridades; y sobre todo, ayuden a crear confianza hacia la propia Procuraduría General de la República.
Ese último punto, el más importante: “generar confianza”, me hizo recordar al autor de varios libros sobre sociología que ahora son parte de las lecturas obligadas de los estudiantes universitarios del campo de la administración y las humanidades; me refiero a Francis Fukuyama, que en “Trust”, título de una de sus obras, afirma que las diferencias fundamentales entre los países pobres y los ricos son en el nivel de credibilidad y la confianza que viven los ciudadanos, consecuentemente la tranquilidad que ellos sienten sobre el bien actuar de sus autoridades y el apoyo que dan a las mismas, en sus decisiones y acciones.
Indiscutiblemente que ese es nuestro caso; hoy en día, el Procurador General de la República, Lic. Rafael Macedo de la Concha, sabe que tiene que encontrar apoyo entre los ciudadanos mexicanos; de entre ellos, el más importante: recibir la confianza, que le dé la oportunidad y el tiempo para trabajar en el esfuerzo que sus colaboradores pregonan como honesto y serio, para ir en contra de los graves problemas sociales que representa la criminalidad organizada, que se ha transformado en una importante fuerza económica y política nacional; para que le otorguemos, al menos, el mínimo de tiempo, necesario para hacer un trabajo que promete será de buenos resultados.
El coordinador a nivel nacional habló de sus propias experiencias positivas y de las observaciones que ha hecho sobre el trabajo realizado, algo que de por sí es alentador, pero que no evita el sentimiento reprimido, de la falta de fe en un gobierno federal que hasta ahora ha ido de más a menos en cuestiones de credibilidad y que con sus tropiezos e incumplimiento de las promesas hechas en campaña, nos ha llevado a perder precisamente lo que ahora tanto buscan: la confianza.
Es claro que existe y es evidente el intento de hacer las cosas lo mejor posible, aunque es obvio también que la Procuraduría General de la República, al fin, ha dimensionado el problema que encara: asegurar que las acciones se realicen con honestidad y con alto sentido de responsabilidad profesional, particularidades que sin duda existen en contados elementos, no así en la mayoría, lo que es una verdadera desgracia para todos nosotros, realidad que nos tiene desgastados.
Y ahora en ese intento arrastran a los líderes Laguneros, los que asistieron al evento y de principio aceptaron involucrarse y comprometer su prestigio social, aunque fuera con el simple silencio al momento abierto para las preguntas y respuestas.
Sin duda que el trabajo de reconstruir la calidad de la vida social de México es una responsabilidad de todos: de autoridades y ciudadanos; de empleados y trabajadores; de mayores y menores de edad; de hombres y mujeres, que habremos de encontrar los medios para combatir los cánceres sociales que representan el narcotráfico, la productiva industria del secuestro, la corrupción y el rey de los males: la impunidad que vivimos.
Ganarse la confianza de los mexicanos es un gran reto para las autoridades, tomando en cuenta que formamos a una sociedad que ha sido timada una y otra vez con promesas no cumplidas; decepcionados con resultados pobres o nulos; y con la frustración de saber que las violaciones a las leyes y el ataque a nuestros intereses primero se hacen públicos, luego se envuelven en promesas y lemas propagandísticos y finalmente tratan de desvanecerlos, perdiéndolos entre las páginas de la prensa o entre los comerciales de la televisión.
Lo de tomarse en cuenta es la participación de esos líderes regionales que con su presencia avalan el proyecto, hecho que también me hizo recordar a aquella famosa frase atribuida a Porfirio Díaz: “si quieres que las cosas se resuelvan ponle una cabeza que mande; si quieres que no pase nada, nombra un comité” que para el caso pareciera adecuado el ejemplo.
México necesita de la confianza, esa que al igual que los empresarios asistentes al evento debemos dar a todas las Instituciones, máxime que contaremos con la participación de nuestros representantes, esos líderes regionales que formarán parte de la Mesa Directiva del Comité de Participación Ciudadana y que cuidarán de nuestros intereses, que de paso, exponen su propia imagen y su credibilidad ante la opinión pública.
Tengamos la seguridad de que ellos se responsabilizarán del compromiso que adquieren con nuestro voto de confianza en ellos y nuestra fe en lo honesto y legítimo de sus acciones. Bien saben que en caso contrario serán sancionados con la censura social de los habitantes de su región.
Y ahí vamos de nuevo, en un esfuerzo más, con renovadas esperanzas de que la calidad de vida de todos nosotros mejore, ya que finalmente unidos es como podremos enfrentar el reto del verdadero cambio. ¿Le parece así? Correo electrónico: ydarwich@ual.mx