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Patear el pesebre/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“No permitiremos presiones al partido y menos de los que están cuando reciben y cuando no obtuvieron todo lo que querían patean el pesebre”. Roberto Madrazo

El PRI fue tradicionalmente el partido de la disciplina interna. Hoy es el que muestra mayores disputas en su interior.

Este pasado cinco de mayo dos grupos de priistas presentaron su protesta formal como candidatos a diputados federales. La mayoría lo hizo en el Polyforum Cultural Siqueiros de la ciudad de México, frente al presidente del partido, Roberto Madrazo, y a la secretaria general, Elba Esther Gordillo. Pero otro grupo lo hizo en una ceremonia paralela ante el presidente del PRI en el Estado de México, Isidro Pastor. En ese acto el siempre controvertido Pastor pidió la renuncia de Madrazo como presidente nacional del PRI.

Los candidatos de Pastor, quizá una veintena, no representan siquiera el diez por ciento de los 500 candidatos a diputados para la elección del seis de julio. No se puede hablar, pues, de un rompimiento que ponga en tela de juicio la supervivencia del PRI. Pero Pastor no está solo en su lucha contra el PRI nacional de Madrazo. Cuenta, presumiblemente, con el apoyo del gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien es sin duda uno de los gobernadores más influyentes del país. Lo apoyan también el ex gobernador mexiquense Alfredo del Mazo y el ex senador Dionisio Pérez Jácome, quien renunció a su cargo como delegado del PRI en el Estado de México como protesta por la lista de diputados plurinominales del PRI. El grupo tiene la simpatía o el apoyo de muchos otros priistas que ocupan o tuvieron cargos importantes.

Madrazo tiene por supuesto un elemento de legitimidad que le ayuda enormemente en estos momentos de conflicto. Él es el primer presidente del PRI en haber sido electo en un proceso democrático. Sus críticos advierten que este proceso fue ensuciado por las irregularidades electorales en el Estado de Oaxaca, gobernado por su simpatizante José Murat, pero también en el Estado de México de Montiel hubo grandes irregularidades que supuestamente buscaban impedir el triunfo de Madrazo. El hecho es que el actual presidente del PRI tiene hoy una base legal más fuerte que nunca para nombrar a los candidatos de su partido. Los madracistas argumentan, no sin algo de razón, que algunos de quienes hoy protestan por las designaciones a candidatos, las aceptaban sin chistar cuando provenían de la Presidencia de la República.

Tiene razón el senador coahuilense Humberto Roque cuando señala que en el fondo de toda esta disputa se encuentra la carrera por la candidatura presidencial priista para el 2006. Madrazo es considerado el puntero desde su triunfo sobre Beatriz Paredes para la presidencia del PRI y es el que tiene mayor reconocimiento en encuestas nacionales entre posibles candidatos. Montiel, sin embargo, tiene también sus aspiraciones y en torno a él se ha venido conjuntando un grupo de políticos que se sienten descartados del proyecto de Madrazo.

El problema es que antes de las elecciones presidenciales del 2006 vendrán las del seis de julio. Los priistas saben bien que muchas de sus derrotas importantes han sido producto de sus divisiones internas. Cuando el PRI está unido sigue siendo el principal partido del país; pero pierde cuando se divide.

Hasta este momento la rebelión de Isidro Pastor no parece poner en riesgo las posibilidades electorales del PRI. Lo más probable es que el seis de julio los ciudadanos no se enteren siquiera de cuáles candidatos priistas en sus listas son simpatizantes de Madrazo o cuáles de Montiel. Pero si los pleitos siguen subiendo de tono y los ataques entre priistas se vuelven más amargos, sería iluso no esperar un deterioro en la imagen del partido. Esto le ocurrió claramente al PRD en las elecciones del año 2000.

Las elecciones del seis de julio son cruciales para el PRI. Si este partido logra confirmar el resultado positivo que tuvo en el Estado de México y se mantiene como el principal partido del país, las elecciones presidenciales del 2000 podrán verse como una simple excepción en un largo período de dominación priista sobre la vida política nacional. Sin embargo, un mal resultado el seis de julio profundizaría las divisiones internas y generaría el peligro de que en las elecciones presidenciales del 2006 el PRI llegara ineludiblemente dividido y condenado a la derrota.

El Popular

Las encuestas ratifican la popularidad personal de Andrés Manuel López Obrador. Pero el PRD sigue ocupando un distante tercer lugar en las preferencias nacionales por partidos. El gran reto para los perredistas este seis de julio será transformar la popularidad personal del tabasqueño en un respaldo directo al PRD.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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